miércoles, 27 de enero de 2010

Cefalea Infantil: El Dolor de Cabeza en los Niños

Cefalea significa dolor de cabeza, la prevalencia de la cefalea en niños es de 35 al 50% hasta los 7 años de edad y de un 55 a un 80% entre los 7 y 15 años. A la edad de 15 años el 80 – 90 %  de los niños se han quejado de cefalea importante, ocupando la migraña o jaqueca entre un 5 – 8 % de los casos.

El dolor de cabeza no es una enfermedad en sí mismo, sino la expresión  de múltiples causas que van desde una simple gripe hasta un problema neurológico importante, y constituye una de las causas más frecuentes de consulta en niños, que algunas veces deberán ser derivados al neurólogo  o al neurocirujano.

La cefalea aguda y significativamente intensa, de aparición brusca, es una emergencia en adultos y niños, que pudiera obedecer a problemas intracraneales donde el tiempo juega un papel particularmente importante.

La causa más común de cefalea en niños es la fiebre, usualmente asociada a infecciones  del tracto respiratorio superior tales como otitis, sinusitis, faringitis, amigdalitis etc., las hemorragias intracraneales y meningitis siempre se presentarán con cefalea, que se acompañará de  signos y síntomas anormales del sistema nervioso central.

La migraña o jaqueca es relativamente frecuente en niños, antes de la pubertad la incidencia es prácticamente la misma en ambos sexos, pero después de esa etapa de la vida es tres veces más frecuente en las hembras que en los varones. Padres y madres jaquecosos tienden a dar hijos con migraña, ésta se puede presentar con nausea, vómito, visión borrosa, cefalea intensa y otros signos neurológicos importantes.

Muchos padres no le dan importancia al dolor de cabeza que su hijo o hija pueda presentar, dicen que eso es común , que es un problema del  “desarrollo “ y los que son migrañosos piensan que su niño simplemente ha heredado ese problema.

Para terminar, debemos dejar en el ánimo de los padres que pudieran leer ésta columna que sí es cierto que el dolor de cabeza es frecuente en la población infantil y que casi siempre obedece a algo pasajero. Pero, que no pierdan el tiempo y visiten al pediatra o al neurólogo infantil si su niño se queja de un dolor de cabeza particularmente intenso y de aparición brusca, porque éste caso podría tratarse de una emergencia médica.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra - Neonatólogo


sábado, 23 de enero de 2010

Sueño Infantil: Método para dormir toda la noche

Photo © Qole Pejorian

Muchas madres se angustian  porque no logran conseguir que su niño duerma su noche completa aunque ya tenga un año de edad.
Es motivo de preocupación también, ver que el niño grita dormido, habla o se ríe mientras duerme, algunas madres piensan que su niño padece algún trastorno o enfermedad del sueño.

El niño puede tener terror nocturno, que si es ocasional no tiene significación, esto se debe a la dificultad que tienen algunos niños de pasar de la fase profunda a la superficial del sueño y casi siempre es pasajero. Las pesadillas son frecuentes  y es una reacción de miedo a un sueño desagradable y obedece a sentimientos de inseguridad, miedos y preocupaciones.

¿Cómo lograr que el niño duerma su noche completa? Es asunto de hábito. Yo recomiendo a las madres que a partir de la quinta o sexta semana de nacido enseñen a su niño y lo eduquen para que duerma 12 horas todas las noches, porque solo el sueño de la noche es reparador tanto para el niño como para los padres.

Un método que me ha dado resultado es, recomendar a la madre que antes de acostar al niño le dé un baño de agua ligeramente tibia, solo con agua y sin jabón, le seque, le ponga su pijama y le dé su seno o leche e inmediatamente lo lleve a su cuna en un ambiente acogedor y  medio oscuro para que el niño pueda distinguir que pasó del día a la noche. Los primeros días el niño llorará a ratos hasta dejar de hacerlo, se le habrá creado un acto reflejo de baño-secado-pijama- cena y cuna que el bebé luego pedirá que se le haga antes de las ocho de la noche. A partir de ese momento no se alimentará, no será sacado de su cuna, se le aseará y cambiará al día siguiente al menos que sospechemos alguna anormalidad, así, dormirá y descansará por doce o más horas.

Aprendido éste hábito aplicado por los padres el niño dormirá toda la noche, lo que no quita que ya mayorcito intente probar la fortaleza o debilidades de sus padres y haga de las suyas para transgredir las reglas. Los padres deberán ser amorosos y lo suficientemente astutos e inflexibles para que el niño entienda claramente quién es el que decide.


Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo

martes, 12 de enero de 2010

El Derecho del Niño a Jugar


Photo © Fabio Bruna

Hace unas semanas festejamos el nacimiento de un niño muy especial, el niño Jesús, que deja los regalos el 24 de diciembre y luego llegaron los santos reyes, tres magos producto de la imaginación del hombre que alegran el corazón de los niños el 6 de enero de cada año.

Muchos niños logran jugar aunque precariamente en esas fechas y deberían poder hacerlo siempre, porque el juego, es una actividad propia del niño, le es productiva y le distingue del adulto. El niño vive en estado de juego con los objetos, con las personas, con los animales, con todo lo que le rodea, el juego es parte de su vida como persona y es un derecho que debemos respetar. "Es por medio del juego en la infancia, y del trabajo en la edad adulta, que el hombre ejerce poder sobre la naturaleza, produce la cultura y hace su historia".

Al niño no se le puede obligar a jugar, porque ya deja de ser un juego para convertirse en una tarea, si el juego no le es interesante y no satisface sus necesidades, el niño lo abandonará. Es el caso del niño a quien todo el mundo le regala algo y se lo dan todo a la vez, lo abruman de tal manera que el niño termina jugando con un cántaro viejo.

Con los regalos, con el juego y con todo en la vida debería haber un equilibrio. Al niño se le ofrecerán los juguetes poco a poco, tratando de entender cuándo éste desea descubrir algo nuevo, sin caer en el extremo de algunos padres que esconden los regalos hasta sin destapar para que le duren más o no los dañen.

El juego debe educar y ser participativo, que ponga al niño a discernir, a pensar y donde los padres hagan con él una alianza o cofradía ayudándole a encontrar la solución o alternativas en aquellos juegos propios de su edad buscando que el niño use su inteligencia y creatividad.

Los juguetes o juegos pueden ser también muy peligrosos, por lo que los padres deberán ser cuidadosos descartando los que pudieran producirle al niño algún daño físico o aquellos tan pequeños que pudieran ser tragados .

Reconozcamos, que el juego es un derecho del niño, con el juego podemos educar y hacer felices a nuestros hijos, hagámoslo ahora y siempre, porque para el niño el juego es algo muy serio.