viernes, 17 de febrero de 2023

VACUNANDO A LA MADRE PROTEGEMOS AL NIÑO

 

Pretender desacreditar a la ciencia y a las vacunas sin evidencias científicas no es nuevo. Edward Jenner descubridor de la vacuna contra la viruela, tardó décadas para que se le reconociera como el investigador y científico que fue. Porque los intelectuales de la época y sus propios colegas, desinformaban diciendo que, la persona que se vacunara contra la viruela, con esa vacuna producida con el fluido de la viruela de la vaca, corría el riesgo de que le salieran tetas y cuernos. Resultado: que la viruela, pandemia que llevó a la muerte a más de 300 millones de personas en el siglo XX, en el año 1980 y gracias a la vacuna del Dr. Jenner, fue declarada por la OMS enfermedad erradicada del planeta. Algo similar lo estamos viviendo hoy con muchas otras vacunas, que han sido y son, las responsables de prevenir mas enfermedades y salvar mas vidas que todos los antibióticos y otros fármacos juntos.

 

Recientemente, los CDC de los EE.UU. informaron que la vacuna contra el tétano, difteria y tosferina puesta a la mujer embarazada, reduce significativamente la aparición de estas enfermedades, particularmente la tosferina en su hijo recién nacido. Con la implementación de la vacunación a la madre, hace más de una década, la incidencia de la tosferina en los niños por debajo de los 2 meses de edad descendió de 205.4 por cada 100,000 infantes en el año 2012 a 75.4 casos por 100, 000 en el año 2016. Con una tasa estable de 80.9 por cada 100, 000 niños nacidos entre los años 2017 – 2019.

 

La tosferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa que frecuentemente amerita hospitalización. La vacuna triple que incluye a esta enfermedad no se recomienda antes de los 2 meses, dejando al recién nacido susceptible a enfermarse de tosferina si su madre no fue vacunada en el embarazo.” Y, los casos que se están presentando en los últimos tiempos en niños menores de 1 ano, han ocurrido en un gran porcentaje en niños por debajo de los 2 meses de edad”.

 

Recordemos, que la tosferina en el recién nacido y niños muy pequeños no se presenta con los síntomas y la tos característica del niño mayor. Y que el primer síntoma, que es dejar de respirar se presenta cuando el niño ha fallecido. Por lo tanto, tiene sentido vacunar a la embarazada entre las semanas 27 y 36 en cada uno de sus embarazos.

 

REFERENCIA: CDC: Maternal TDaP Vaccine Reduced Whooping Cough in New Borns. Elizabeth Short, Staff Writer, MedPage Today, February 6, 2023.

Marcos Díaz Guillén

pediatra-neonatólogo

Santo Domingo

República Dominicana.

 

 

domingo, 12 de febrero de 2023

ENFERMERAS OBSTÉTRICAS CERTIFICADAS

 

Las enfermeras obstétricas certificadas, han venido a sustituir a las comadronas o parteras de tiempos pasados, las que hicieron una labor de primer orden en el cuidado de la parturienta y su bebé. Hoy, ese personal, con estudios a nivel superior, tiene los conocimientos de la fisiopatología de la labor de parto y sabe interpretar y manejar los monitores obstétricos. Es el personal que debemos formar, y es el que han formado los países que han decidido desarrollar un sistema de salud obstétrica y neonatal robusto y confiable.

 

Ante la realidad que padecen nuestras embarazadas y nuestros recién nacidos, en un país en el que hacer cesáreas es lo habitual. Sin detenernos a identificar quién tiene la razón que, a todas luces, la tienen los médicos. Me atrevo proponer una gran alianza, una unión de voluntades, una manera diferente de ver las cosas y así empezar a cambiar nuestra situación de salud obstétrica-neonatal a nivel nacional.

 

Propongo una alianza del Colegio Médico Dominicano, con las Sociedades Médicas Especializadas, las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) sin que ello signifique que los médicos tengamos que abandonar nuestras justas demandas, el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Educación Superior y las 11 (once) Escuelas de Medicina existentes en las distintas universidades dominicanas.

 

Que todas las universidades y sus Escuelas de Medicina abran la carrera de Enfermería Obstétrica. Que empecemos a formar ese personal y a diseminarlo por todo el territorio nacional. Que sean esas enfermeras las que hagan la vigilancia de la labor del parto en estrecha comunicación y supervisión con el obstetra para comunicarle cuándo las cosas no están sucediendo como deberían y que el especialista si procede, continúe con la labor o decida terminar con una cesárea. Pero, se le habrá dado a la mujer la oportunidad de parir por la vía natural. Que la autoridad se responsabilice a mantener el equipamiento e insumos de manera permanente en esa unidad obstétrica, que deberá existir en cada hospital o clínica que atienda embarazadas. Y que todo el personal involucrado reciba una remuneración consensuada, viable, sostenible y justa.

 

Que podamos crear para ese programa, una estructura que asegure su permanencia en el tiempo, y que no cambie cuando cambie el gobierno o el ministro de Salud. Entonces, tendremos el aval profesional y moral, y a una sociedad que nos respalde.

 

En un tiempo relativamente corto, empezaremos a ver los resultados, y a más largo plazo, la triste realidad de nuestras embarazadas y de nuestros recién nacidos, será muy distinta. Y no es una utopía. Porque lo hemos visto en países diferentes y otros no tan diferentes al nuestro. Que así sea. AMÉN.

Marcos Díaz Guillén

pediatra-neonatólogo

Santo Domingo, D.N.

República Dominicana.

 

  

 

  

 

viernes, 3 de febrero de 2023

LA AMENAZA DE LABOR DE PARTO: LA CAUSA PRINCIPAL DE CESÁREA EN NUESTRO PAÍS

 

Este título parecería ser una jocosidad, un relajo o cachondeo. Pero es la triste realidad que vive nuestro país ante la indiferencia de todos. Porque aquí, ya no se hacen partos. Una realidad que afecta directa y negativamente la salud de la mujer y del niño en un tiempo en el que reclamamos respeto al derecho que tenemos todos a la salud. Aquí, se programan cesáreas, porque la sonografía muestra circulares del cordón umbilical al cuello del feto o porque la paciente me lo pidió.

 

“Las cesáreas son eficaces solamente cuando son necesarias por motivos médicos” (OMS). Y, en nuestro país, si usted pasa por cualquier clínica encontrará que, si hay 10 recién nacidos, como si hay 20, todos han nacido por cesárea.

 

Es un problema de salud pública que nadie ha atendido ni desea atender y que tiene causas distintas, que van desde lo económico hasta la ética e irresponsabilidad profesional, en un Sistema Nacional de Salud entregado casi totalmente al sector privado, que no está en disposición de pagar 14 o 18 horas de vigilancia de una labor de parto.

 

A corto plazo, la cesárea tiene consecuencias de morbimortalidad para la madre. Sangrados, infecciones, accidentes quirúrgicos y anestésicos, reingresos al hospital y casos fatales de embolias que han llevado a mujeres muy jóvenes a la muerte. En el niño, entre otras complicaciones, más casos de distrés respiratorio, separación madre-hijo, dificultad para un amamantamiento temprano que termina en alimentación artificial y el nacimiento de niños prematuros con las complicaciones propias de la prematuridad, que pueden incluso llevar a la muerte.

 

A largo plazo, la cesárea también tiene sus consecuencias. Investigadores del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, la más grande institución de educación médica del mundo hace años encontraron que, los niños nacidos por cesárea al compararlos con los nacidos de parto normal, tienen más probabilidades de desarrollar, asma, diabetes y leucemias. Porque en el momento de la extracción, se produce una metilación de los glóbulos blancos del niño que son parte importante de su mecanismo de defensa, también la activación y desactivación de muchos de sus genes. Y, porque al nacer antes de lo previsto, un niño que no ha experimentado el estrés beneficioso de la labor del parto, el nacimiento le encuentra desprevenido y genéticamente desprogramado. (Epigenética).

 

En conclusión, cuando en medicina se hacen las cosas correctamente, la cesárea puede ser salvadora y su realización no debe sobrepasar el 10% o el 15% de los nacimientos. Nosotros como sociedad y nuestro Sistema Nacional de Salud, debemos producir las transformaciones que sean necesarias para poner freno a esta escandalosa situación que irrespeta el bienestar y la salud de nuestras madres y nuestros niños. 

Marcos Díaz Guillén

Pediatra-neonatólogo

Santo Domingo

República Dominicana.