martes, 12 de enero de 2010

El Derecho del Niño a Jugar


Photo © Fabio Bruna

Hace unas semanas festejamos el nacimiento de un niño muy especial, el niño Jesús, que deja los regalos el 24 de diciembre y luego llegaron los santos reyes, tres magos producto de la imaginación del hombre que alegran el corazón de los niños el 6 de enero de cada año.

Muchos niños logran jugar aunque precariamente en esas fechas y deberían poder hacerlo siempre, porque el juego, es una actividad propia del niño, le es productiva y le distingue del adulto. El niño vive en estado de juego con los objetos, con las personas, con los animales, con todo lo que le rodea, el juego es parte de su vida como persona y es un derecho que debemos respetar. "Es por medio del juego en la infancia, y del trabajo en la edad adulta, que el hombre ejerce poder sobre la naturaleza, produce la cultura y hace su historia".

Al niño no se le puede obligar a jugar, porque ya deja de ser un juego para convertirse en una tarea, si el juego no le es interesante y no satisface sus necesidades, el niño lo abandonará. Es el caso del niño a quien todo el mundo le regala algo y se lo dan todo a la vez, lo abruman de tal manera que el niño termina jugando con un cántaro viejo.

Con los regalos, con el juego y con todo en la vida debería haber un equilibrio. Al niño se le ofrecerán los juguetes poco a poco, tratando de entender cuándo éste desea descubrir algo nuevo, sin caer en el extremo de algunos padres que esconden los regalos hasta sin destapar para que le duren más o no los dañen.

El juego debe educar y ser participativo, que ponga al niño a discernir, a pensar y donde los padres hagan con él una alianza o cofradía ayudándole a encontrar la solución o alternativas en aquellos juegos propios de su edad buscando que el niño use su inteligencia y creatividad.

Los juguetes o juegos pueden ser también muy peligrosos, por lo que los padres deberán ser cuidadosos descartando los que pudieran producirle al niño algún daño físico o aquellos tan pequeños que pudieran ser tragados .

Reconozcamos, que el juego es un derecho del niño, con el juego podemos educar y hacer felices a nuestros hijos, hagámoslo ahora y siempre, porque para el niño el juego es algo muy serio.


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