El niño
de hoy es el adulto de mañana, el futuro de cualquier nación. Y, ante la pérdida
de los valores y principios que ya son parte de la nueva normalidad, la gente
se pregunta: ¿Cuál será el futuro de nuestro país? Será, el resultado de
la formación, información, educación y ejemplo que estén recibiendo nuestros
niños (as). Del mensaje que les estemos enviando los adultos desde el hogar, el
colegio y la escuela. Desde la posición de los que dirigen y gobiernan.
En el contexto
actual, marcado por la globalización, el cambio climático, la urbanización sin
control, las migraciones forzadas, las guerras y tantas crisis humanitarias,
los desafíos para proteger a nuestra infancia son cada día más complejos, con
el poco trabajo e interés de nuestros “líderes” por resolver.
Existen aspectos que requieren de nuestra atención
urgente si queremos niños y adultos sanos y por consecuencia una mejor sociedad
en la que podamos convivir de manera civilizada.
-
Que el 100% de nuestros niños reciban desde su
nacimiento el alimento materno y que ellos y nosotros tengamos acceso a una
vacunación universal y equitativa.
-
Atención al deterioro mental y emocional de
nuestros niños, adolescentes y adultos. Condiciones que han emergido como una
de la crisis más significativa del siglo XXI.
-
Seguridad alimentaria y nutrición infantil. Una
alimentación adecuada durante la infancia es fundamental para un desarrollo
físico y cognitivo saludable. No obstante, la mal nutrición en sus dos
extremos: la obesidad y la desnutrición, son en la sociedad actual grandes
epidemias que amenazan a toda población infantil mundial.
-
Que no solo unos pocos tengan acceso al agua
potable, al trabajo remunerado, a los servicios médicos, a una buena
escolaridad y a los bienes y servicios de sus países.
Lo dicho, se ha dicho en todos los idiomas. Pero si la
gente buena y capaz no accede a las posiciones de poder, a la política,
podremos seguir hablando por los siglos de los siglos. Se lo dijo el Papa
Francisco el 4 de marzo, 2019, a un grupo de jóvenes de la Pontificia Comisión
Para América Latina (CAL). “Participen en la política, que es una actividad de
servicio, es aportar por la amistad social y por la generación del bien común”.
En la tarea de cuidar a nuestros niños, que representan
nuestro futuro, todos debemos aportar, pero se necesita de una voluntad
política si se quiere alcanzar el verdadero desarrollo. El que va más allá de
lo que se ve.
Marcos Díaz Guillén
pediatra de la República Dominicana.
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