El aumento de los impuestos al tabaco en muchos países ha sido una medida
para persuadir a las personas a que dejen de fumar, y si pensaban hacerlo, que
no se inicien en un vicio tan dañino a la salud humana.
En los EE.UU., país que todo lo investiga y donde las estadísticas
son un instrumento muy valioso para la demostración de la evidencia científica,
un grupo de investigadores de las Universidades de Vandervilt y Michigan publicaron
en la revista PEDIATRICS órgano oficial de la Academia Americana de Pediatría
(Jan. 5th/2016, Vol. 137/ISSUE 1) un trabajo donde demuestran que los altos
impuestos al tabaco han mejorado la mortalidad infantil en ese país.
Los investigadores encontraron, que por cada dólar de aumento al impuesto
del paquete de cigarrillo, se evitaron dos muertes infantiles por día. En
general hubo una disminución estimada del 3,2% en las tasa de mortalidad
infantil anual relacionada con el incremento de los impuestos según ese
estudio.
Del año 1999 al 2010 la tasa media de mortalidad infantil en los EE.UU.
bajó de 7,3 a 6,2 por cada 1, 000 niños nacidos vivos; con un decrecimiento de
6,0 a 5,3 en la raza blanca no hispánica y de 14, 3 a 11, 3 en los
afroamericanos y los de origen hispánico.
La mujer que fuma incrementa los riesgos de tener niños prematuros, de bajo
peso al nacer y que su hijo pueda morir a causa del síndrome de muerte súbita
del infante. Todas, causantes de mortalidad infantil, que se define como la
muerte en el primer año de vida.
En conclusión, aumentar los impuestos al cigarrillo está asociado a la
disminución de la tasa de mortalidad infantil con un impacto mayor en los niños
afroamericanos y de origen hispano en los EE.UU., lo que muy bien se podría
extrapolar a nuestros países. Por lo que esa medida de aumentar los impuestos
al tabaco, ha pasado a ser una estrategia de prevención primaria para la
mortalidad infantil. Y, el dinero adquirido por ese concepto, podría muy bien
aplicarse a tantos programas de prevención de enfermedades y vacunas en una
población de niños que como la nuestra, está tan necesitada.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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