Foto © CDC
Se transmite a los seres humanos por las heces de insectos o chinches y en
su fase aguda se caracteriza por: fiebre, cefalea, palidez, dolores musculares,
dificultad respiratoria y dolor abdominal y torácico. En su fase crónica, a largo plazo, puede
producir trastornos cardiacos y digestivos (agrandamiento del esófago y del
colon) y neurológicos. Con los años puede producir muerte súbita o
insuficiencia cardiaca por destrucción del músculo del corazón, y es la responsable
de infectar a más de 20 millones de personas y matar a más de 50 mil niños y
adultos cada año.
En los últimos años, las migraciones y los viajes intercontinentales se han
encargado de exportar la enfermedad fuera de América latina y ya se están
reportando casos de Chagas en Alemania, Australia, Canadá, España, Francia,
Italia, Japón y los EE.UU. Esto ha
motivado el inicio de la investigación de la enfermedad en Argentina, Brasil
(país que la investiga desde hace muchos años), Canadá, Colombia, Francia y los
EE.UU. Y, ya existe un proyecto sobre el genoma del trypanosoma cruzi dirigido
por el Instituto de Investigación Biomédica de Seattle, EE.UU, y el instituto
Karolinska de Suecia.
En este contexto, tenemos una noticia reciente (10/8/2016) muy alentadora
extraída de la revista científica “NATURE”. Investigadores de la Universidad de
York, Reino Unido, después de haber probado millones de compuestos fabricados
por la empresa farmacéutica Novartis, han descubierto un medicamento que podría
tratar la enfermedad de Chagas, la Leishmaniasis y la enfermedad del sueño,
tres enfermedades producidas por parásitos similares, responsables de tanta
enfermedad y tantas muertes en el mundo.
Los científicos han identificado un
compuesto llamado GNF 6702 que podría atacar a estas tres enfermedades, gracias
a que destruye los proteosomas de los parásitos sin producir apenas efectos
secundarios.
Las migraciones, los viajes intercontinentales, en fin, la globalización,
ha producido algo que no deseábamos y que nos beneficia al mismo tiempo: el
contagio y la transmisión de una enfermedad que mientras solo afectaba a los
más desamparados de América latina, se conocía como una “Enfermedad Desatendida”. Esperamos que a
partir de ahora sea distinto.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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