jueves, 20 de octubre de 2016

Siete maneras para una merienda saludable

Es un contra sentido comer lo que primero aparezca cuando nos “pica” el hambre. En opinión de médicos internistas, nutricionistas y endocrinólogos, la merienda entre una comida y otra es  tan importante como las demás, y es nuestra responsabilidad programarla si queremos una vida más saludable.

“Cuando se consumen como parte de la dieta, los refrigerios saludables, mantienen los niveles de energía y nutricionales durante todo el día” (Susan Bowerman, directora adjunta del Centro de Nutrición Humana de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA).

Investigadores de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard proponen 7 maneras para una merienda saludable en niños y adultos.

1-      Los granos: Los granos secos enteros le darán energía. Pruebe con granos bajos en sal en forma de pretzels o tortillas, chips y cereales ricos en fibras.
2-      Vuelva al desayuno: muchos alimentos que usamos en el desayuno, pudieran ser una excelente merienda, una tostada con jamón, una granola baja en azúcar es una merienda rápida y saludable.
3-      Trate una combinación con alimentos de alta y baja caloría: mantequilla de maní con trocitos de apio, zanahoria y manzana.
4-      Semillas y frutos secos: almendras, maní, semilla de cajuil baja en sal, contienen excelentes nutrientes y suficientes calorías en pequeñas raciones.
5-      Combo: Tenga en casa o en su oficina macronutrientes que le aporten principios inmediatos necesarios, grasas, carbohidratos y proteínas: semillas, maní, uvas, zanahoria, apio, granolas y un queso bajo en grasa, yogourt. Este balance lo hará sentir satisfecho y con mucha energía.
6-      Saque el tiempo: no haga la merienda mientras ve televisión, navega en internet o está en su escritorio. Deténgase, deje de hacer lo que está haciendo y haga y disfrute su merienda como una comida más.
7-      Lleve su merienda consigo: prepare una pequeña bolsa antes de salir de casa con su merienda saludable. A sus niños prepárele su mochila con lo que usted le ha enseñado a comer, con lo que usted quiere que coma en la escuela, y, hágaselo saber a los maestros y sus asistentes.


Porque nos pasan los años y sin darnos cuenta nos vamos envenenando lentamente, como aquel al que envenenaron con cianuro. Solo que en nuestro caso, lo hacemos nosotros mismos, comiendo lo que aparece cuando nos “pica”el hambre.   
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana

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