El 4 de enero
del 2003 un agricultor de 22 años del pueblo rural de Samuzabeti, provincia
Chapere, Bolivia, desarrolló síntomas de lo que parecía una simple gripe. Luego
aparecieron los dolores musculares, en las articulaciones, vómitos y signos
hemorrágicos. Dos semanas después el joven murió. Es el único caso registrado
en el mundo de infección y muerte por el virus Chapere. Bautizado con el nombre
de la provincia donde vivía el joven. (BBC Mundo, 21 de febrero/2017). Es
decir, un nuevo virus desconocido.
Marcos Espinal
pediatra dominicano, investigador y experto de la OMS/OPS, director del Departamento de Enfermedades
Transmisibles y Análisis de Salud para América Latina y el Caribe, dijo a BBC
Mundo: “ en ésta zona, se registra un creciente número de eventos de interés
para la salud pública internacional. Estamos ante una situación muy delicada. Y
es, que las enfermedades infecciosas emergentes no solo cobran vidas, sino que
además, implican inversiones millonarias para las naciones de la región “.
Para
investigadores estadounidenses y franceses, en América Latina el costo de la
lucha contra el dengue es en promedio, más de dos mil millones de dólares por
año. Y, el brote del año 2009 de la gripe H1N1 solo en Méjico hizo que el
turismo cayera estrepitosamente en ese país provocando pérdidas por más de 2,
800 millones de dólares. Lo mismo pasó con la epidemia del virus Zika en el año
2016. Para investigadores de la Universidad de Brown en los EE.UU., desde 1980,
el número de brotes de enfermedades se ha triplicado en la región cada año, y
estos brotes, no respetan fronteras.
Según Espinal,
“estamos en un mundo globalizado, donde usted toma un avión en New York, y en 8
horas usted puede estar en Moscú”. Dice además, “que a la globalización se suma
el cambio climático, la resistencia antimicrobiana y la falta de servicios
básicos en nuestros países”.
Múltiples
virus de otras latitudes acechan a Latino América y el Caribe. La
globalización, el hombre depredador, la deforestación, la destrucción del
habitat natural de otras especies, el cambio climático que obliga a las aves
migratorias a buscar sus alimentos en lugares distintos, el desarrollo de un
turismo irracional que agrede nuestras playas, son algunas de las causas para
que nuevos virus nos ataquen. Cada año,
las enfermedades infecciosas producen más de 15 millones de muertes, en su
mayoría niños menores de 6 años.
¿Qué hacer?
Que no se sigan dilapidando nuestros recursos y el patrimonio de nuestros
pueblos, que se invierta más en la educación y en la salud de nuestra gente. Más vacunas y programas de lactancia materna,
que el agua potable llegue a todos, y que todos podamos tener un trabajo para
poder alimentarnos. Si no trabajamos seriamente en estos aspectos, nuestros
niños seguirán muriendo y las enfermedades nos seguirán diezmando. Porque los
virus, bacterias y enfermedades en general, tienen en nuestra ignorancia y
pobreza a sus mejores aliados.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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