miércoles, 15 de noviembre de 2017

Inteligencia artificial: el más grande salto de la ciencia y la tecnología

 “El verdadero conflicto no radica en el enfrentamiento de Occidente con Oriente, sino en el de la máquina con el hombre, en el de la personalidad con la organización. El hombre necesita la máquina y la organización, pero tiene que dominarlas en vez de resignarse a ser mecanizado y deshumanizado por ellas. El verdadero peligro para el hombre, no está en los riesgos que corre su seguridad material, sino en el oscurecimiento del hombre mismo en su propio mundo humano”. (Rabindranath Tagore, premio Nobel de literatura 1913).

En 1956 John McCarthy acuñó el término “Inteligencia Artificial” y lo definió como la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, específicamente  programas de cómputos inteligentes. En 1958 desarrolla en el Instituto Tecnológico de Massachusetts el primer lenguaje computacional LISP para el procesamiento simbólico. A mediados de la década de los 60 aparecen los “Sistemas Expertos”, que predicen la probabilidad de una solución bajo un set de condiciones, y, a inicios de los años 70, Terry Winograd desarrolla el sistema que permite interrogar y dar órdenes a un robot que se movía en un mundo de bloques. En el 2011 IBM desarrolla la super computadora Watson, que le ganó un juego de tres rondas seguidas de Jeopardy a los dos campeones mundiales de esa disciplina. Y, en el año 2016, un programa informático le ganó cinco a cero al triple campeón europeo de Go; un juego de tablero estratégico para dos jugadores originario de la antigua China. Así va de rápido la tecnología. En pocos años tendremos una máquina muy similar al ser humano. Pero ¿para qué?

Bernardo Kliksberg economista y escritor argentino de origen judío- polaco, reconocido por sus trabajos en  63 libros publicados sobre la pobreza y desigualdad en América Latina, gerencia social y responsabilidad social empresarial, nos dice, que la inteligencia artificial es el más grande e importante salto de la ciencia y la tecnología modernas, siempre que se ponga al servicio de la gente, en particular de las personas más necesitadas y vulnerables. Al servicio de la paz, no de la guerra.

La especie humana en algún momento pudiera desaparecer si el hombre no cambia su manera de pensar y actuar. Si sigue con sus acciones egoístas, contaminantes y destructivas. Y si además, esta nueva forma de dominación y poder llamada inteligencia artificial, es dirigida y manipulada por personas   sin valores bioéticos claros y definidos. Porque la tecnología y la ciencia solo tienen sentido y  trascendencia si se ponen al servicio de la educación, la salud, la equidad, la paz; si reconocen y elevan la dignidad humana.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana



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