“Se ha
convenido que niño(a)
es todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que
le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Son lactantes los
menores de 12 meses y niños pequeños los menores de 5 años. Los pre escolares
están entre los 2 y 5 años y los escolares entre los 6 y 11 años, y adolescente
es, todo joven que está entre los 10 y 19 años. Etapa que se divide a su vez,
en adolescencia temprana que está entre los 12 y 14 años y la tardía entre los
15 y 19 años. Este conglomerado de niños, niñas y adolescentes suman en el
mundo más de 1, 500 millones de personas.
En nuestra
cultura, el 25 de diciembre, millones de esos niños esperan el nacimiento del
niño Jesús de Belén, fiesta que celebra la iglesia católica, algunas
comunidades protestantes y la mayoría de las iglesias ortodoxas. Esperan,
porque van a recibir regalos. Sin embargo, en el mundo de hoy les estamos
regalando destrucción, guerra, odio, pobreza, muerte, traumas y orfandad.
Producto de la ambición y el egoísmo, les estamos quitando la oportunidad de
ser niños y adultos felices, que es nuestra vocación innata. Porque ¿Quién ha
visto a un niño(a) nacer triste, depresivo, egoísta o deshonesto? El niño nace con
la vocación de ser una persona feliz y somos los adultos los que nos encargamos
de torcerle ese destino.
Enderecemos
su destino en esta navidad y démosle EXPERIENCIAS como regalo. No hagamos
esfuerzos extraordinarios para darle muchos juguetes, porque es probable que el
niño se decida por acomodarse en un rincón a jugar con el objeto más
insignificante. Porque menos juguetes, lleva a un mayor intercambio y
cooperación, y demasiados juguetes, fomenta el juego solitario y causa un
sentido de carga improductiva.
Regalemos
a nuestros niños en esta navidad, en el día de los Reyes Magos y los demás días
del año la experiencia de un paseo en bicicleta, caminar juntos en el
parque o en la playa, compartir un deporte, volar chichigua, preparar el
desayuno y poner la mesa algún domingo, hacer senderismo y conocer algunos
pueblos. Infundámosles el amor por la vida en todas sus manifestaciones y el respeto
a los demás y al medio ambiente; y les habremos regalado las herramientas para
que siempre tengan: UNA FELIZ NAVIDAD.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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