Se nos ha
dicho, que las primeras señales de autismo las vamos a notar en el niño entre
los 2 y 3 años de edad.
Existen unas
señales de alerta que los anglosajones llaman “red flags” o banderas rojas,
como las que se colocan en las playas en anuncio de peligro. Estas señales, las
podemos identificar en los niños con riesgos de padecer Trastornos del Espectro Autista (TEA), entre los 12 y 24
meses de de edad: Que el niño hable o balbucee en un tono raro, que reaccione
desproporcionadamente a estímulos como el sonido o la luz, que mantenga un
mismo juguete por mucho tiempo en su mano o que juegue con éste diferente a como
lo haría otro niño de su misma edad, que se irrite facilmente y sea muy difícil
calmarlo, que sea incapaz de pedir objetos señalándolos con el dedo, o que responda inadecuadamente, o no responda
cuando se le llama por su nombre etc.
Sin embargo,
un estudio reciente indica, que al menos una señal de autismo podría comenzar a
verse tan temprano como a los dos meses de vida. “Hallamos que las señales de
autismo son medibles y observables en los primeros meses de vida” aseguró Warren
Jones, autor del estudio y director de investigación del Centro de Autismo
Marcus del Children´s Healthcare de Atlanta en los EE.UU. Estas son las señales más tempranas del
autismo que jamás se han observado
comentó Jones, y anotó, que podrían estar asociadas con la gravedad de
los síntomas. Se estima, que en los EE.UU. uno de cada 88 niños sufre de un
TEA, lo que da una idea de la magnitud del problema y la importancia de
diagnosticarlo a tiempo.
La señal temprana
consiste, “en el desinterés del niño por contactar los ojos de los demás”. Se
notó, que ese desinterés del niño que luego desarrolló autismo en contactar los
ojos de las demás personas, comenzó tan temprano como a las 8 semanas de vida y
permaneció en el tiempo.
En el estudio
citado, los investigadores inscribieron 59 bebés que se consideraron con riesgo
alto de desarrollar un TEA, porque tenían un hermano autista, y se compararon
con 51 bebés considerados de riesgo bajo. Para los 3 años de edad, apenas un
niño del grupo de bajo riesgo fue diagnosticado con TEA, mientras que 12 niños
del grupo de alto riesgo presentaron el trastorno.
“La
preservación de cierta observación ocular, podría servir en el futuro para
identificar las señales tempranas de ésta discapacidad social. Podríamos
entonces, considerar intervenciones para fomentar esa observación ocular
temprana y ayudar a reducir algunas de las discapacidades asociadas al
autismo”, (W. Jones). Estos hallazgos, que fueron publicados online el 6 de
noviembre/2013 como una carta en la revista Nature, deben ser confirmados con
estudios más grandes, antes de que puedan conducir a cambios en la práctica
clínica. Los padres, tampoco deberían ponerse nerviosos si su hijo no le ve
siempre a los ojos, pero, ante la duda, deben conversar del tema con el
pediatra.
Fuente:
HealthDay, un servicio de los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU.(NIH)
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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