En enero/2006
el New England Journal of Medicine (NEJM) publicó dos importantes estudios
donde se reportaba la seguridad y eficacia de dos vacunas para la prevención de
la diarrea y sus complicaciones en el niño. Una era Rotateq, vacuna pentavalente
(RV5) de laboratorios Merck y la otra, Rotarix, vacuna monovalente (RV1) de
laboratorios GlaxoSmithKline. Cada
estudio enroló a más de 60, 000 niños para determinar si dichas vacunas
administradas por la boca, podían causar una complicación conocida como
invaginación intestinal. Esta complicación, se había asociado a la única vacuna
autorizada contra el rotavirus para el año 1999, la Rotashield de laboratorios
Wyeth-Lederle. Este laboratorio, en un acto responsable y ético, descontinuó su
producción y retiró del mercado dicha vacuna. La evidencia médica al día de hoy
nos dice, que sí es cierta la asociación de la vacuna contra el rotavirus y la invaginación
intestinal con las dos vacunas existentes.
Sin embargo,
ambas vacunas, son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
para la protección de todos los niños en riesgo de adquirir diarreas. Y, su
introducción en los programas oficiales de inmunización en más de 50 países, ha
representado grandes beneficios en la preservación de la salud infantil en todo
el mundo. Solo en los EE.UU. donde la vacunación rutinaria contra el rotavirus
se inició en 2006, las hospitalizaciones y las visitas a salas de emergencia,
han disminuido en más de un 80% en los niños vacunados.
También es
cierto, que fue en los EE.UU. donde se detectaron los primeros indicios de que
la vacuna podía producir invaginación intestinal por el National Vaccine
Adverse Event Reporting System (VAERS) que es el Sistema Nacional de Reportes
Adversos, órgano encargado de recibir los informes que hacen los médicos y los
padres de los niños sobre los efectos no deseados de las vacunas.
Se hicieron
dos estudios independientes de vigilancia, el Vaccine Safety Dataling (VSD) que
fue auspiciado por los Centros de Control de Enfermedades (CDC) que enrola a
niños de seis organizaciones nacionales de salud, y otro, auspiciado por la FDA
o Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU., conocido como Post
License Rapid Immunization Safety Monitoring(PRISM), que vigila las de alta en
los hospitales, en las salas de emergencia, y los pacientes ambulatorios de
tres grandes grupos de seguros médicos en los EE.UU.
Ambos estudios
parecen ser contradictorios por lo que deben ser analizados con precaución. El
VSD encontró asociación significativa de la vacuna monovalente (RV1) y la
invaginación intestinal y no riesgo significativo con el uso de la vacuna
pentavalente (RV5), mientras que el estudio PRISM no detectó riesgos con la
monovalente y encontró una asociación significativa con la vacuna pentavalente
(RV5). Lo cierto es, que la evidencia médica nos enseña, que la vacuna contra
el rotavirus se relaciona con esa complicación, pero solo en el orden de 1 a 5
casos por cada 100,000 niños vacunados. La balanza va a favor de seguir
vacunando si comparamos los riesgos a que exponemos a los niños si no se
vacunan, en relación a los múltiples beneficios que reciben cuando lo hacemos.
Fuente: NEJM, “Rotavirus Vaccine – Balancing
Intussusception Risks and Health Benefits, enero 14/2014.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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