El Libro Rojo
de la Academia Americana de Pediatría (AAP), se publica cada tres años. Es la recopilación
de los trabajos de investigación de los expertos en los EE.UU., con el objetivo
de mantener al día a sus pediatras, lo que ha repercutido enormemente en el
bienestar de sus niños.
La primera
edición del Libro Rojo se publicó en el año 1938. Desde entonces, ha habido
muchos avances en el campo de las enfermedades infecciosas y la salud pública,
que se ha traducido en una disminución en la morbilidad y mortalidad de los
niños y adolescentes. D e las 18 enfermedades descritas en la primera edición,
13 en la actualidad, son enfermedades prevenibles con vacunas. Mientras esa
primera edición se trató de un documento de 8 páginas, la última del año 2012
consta de 1058 páginas en cinco idiomas, en la que se describen 160 nuevos
organismos y enfermedades.
La AAP se fundó
en el año 1930 en la biblioteca del Harber Hospital en Detroit. Se formaron
distintos comités para el estudio y recomendaciones en el cuidado de la salud y
prevención de las enfermedades en el niño. Se formó un comité para la
prevención de las enfermedades transmisibles, guías para el ejercicio de la
pediatría, y posteriormente, el comité de vacunas o inmunizaciones. Para los
años 1938-1947 todo ello había producido una gran demanda de la información
científica de parte de los médicos, estudiantes de medicina y enfermeras, y
obligó a que se iniciara una impresión anual con una carpeta roja, surgiendo
así, lo que hoy conocemos como “el Libro Rojo de la AAP”. Una fuente de
investigación e información pediátricas, entre las primeras del mundo.
La Sociedad
Dominicana de Pediatría (SDP), la más
antigua y prestigiosa sociedad médica especializada de la República Dominicana,
mantiene actualizados a sus asociados con jornadas y congresos pediátricos,
desayunos panel, video conferencias y cursos permanentes a sus miembros en todo
el territorio nacional. Esta prestigiosa asociación especializada, se fundó el
20 de julio de 1947, luego de haber llegado al país desde los EE.UU. quien
fuera su primer presidente, el doctor Alberto Peguero. Ya antes, el Dr. Peguero escribiría a sus
amigos en el país algo así como: “Me llama la atención la manera en que se
relacionan los pediatras en los EE.UU., se respetan y se quieren, se reúnen y
comparten sus experiencias y conocimientos, son como una familia”. Y, no hay
dudas, que fue esa misma mística la que le imprimió a la nueva Sociedad, la que
aún persiste 66 años después.
Ojalá, la SDP
pudiera encontrar la manera de que cada pediatra del país pueda adquirir cada
tres años la edición en español del Libro Rojo de la AAP a un precio asequible.
Porque no hay dudas que con la avidez de información que existe entre sus
asociados, y su gran vocación de servicio, el más beneficiado lo será, el niño
dominicano.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana
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