En los últimos
tiempos se han detectado brotes de bacteriemia y septicemia, infecciones
articulares, endocarditis y casos fatales de meningitis en niños que asisten a
Day care y guarderías, producidos por una bacteria emergente que tiene
predilección por niños menores de tres años de edad. Esta bacteria es un
cocobacilo Gram negativo conocido como Kingella Kingae que habita normalmente en
la orofaringe. Su nombre es en honor a Elizabeth O. King quien lo descubrió en
1976, aunque ya se había aislado en el año 1960. Y no es sino hasta la década
de los noventa cuando se le reconoce como causante de estas importantes
infecciones.
Hay estudios
que han revelado que entre el 10% - 12% de la población pediátrica sana de
Israel y Suiza alberga esta bacteria en niños entre los 12 y 24 meses de edad.
Es excepcional por debajo de los seis meses debido a la protección que le dan
los anticuerpos maternos al lactante, y, en niños mayores y adultos, por la
inmunidad que les ha proporcionado una exposición recurrente y la madurez de su sistema inmunológico.
En Day Care y
guarderías, donde los niños se juntan y a menudo se pasan objetos unos a otros,
es donde más comúnmente se presentan brotes con una preferencia estacional
entre febrero y abril. Afecta a niños debajo de los 5 años y sobre todo a
menores de 2 años. La infección puede pasar desapercibida, con poca
sintomatología, fiebre que no es alta, como si se tratara de una simple
infección respiratoria, hasta que se localiza en la sangre, en el corazón o en
una articulación mayor como la rodilla o la cadera. Estos son aspectos que
dificultan el diagnostico, que muchas veces es tardío.
En conclusión,
padres y médicos debemos saber que existe una bacteria emergente en la que hay
que pensar si el niño se enferma en el maternal. Saber, que en principio cursa
con pocos síntomas, para luego focalizarse pudiendo convertirse en una
enfermedad grave. Tampoco es para alarmarse y no llevar el niño al maternal.
Pero sí, para tomarlo en cuenta, como una de las infecciones virales o
bacterianas que se pueden adquirir cuando se convive en grupos. Si no está
vacunado y si las condiciones del establecimiento y su personal no son las
mejores, el niño es más susceptible. Pero, aún en las condiciones más optimas,
hay que entender, que el niño no está exento de enfermarse.
REFERENCIA: “Outbreaks of invasive Kingella Kingae
infections in Day Care facilities” Pablo Yagupsky, MD and Cols. Journal of Pediatrics, March 2017. Vol. 182 pages
14-20. / M. Carmen Otero Reigada y colaboradores “Infecciones por Kingella
Kingae en la edad pediátrica”, Hospital Infantil La Fe, Valencia, España.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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