Según la OMS
más del 88% de la carga de morbilidad atribuible al cambio climático se da en
niños menores de 5 años de edad. En ésta línea, la Academia Americana de
Pediatría (AAP) ha hecho una declaración política que vincula el cambio
climático con la salud, desarrollo, bienestar y la nutrición infantil. Entendiéndose,
que ha llegado el momento de emprender a nivel personal, local, nacional y
global, una estrategia donde los políticos, la sociedad y las organizaciones
especializadas iniciemos un programa de educación en niños y adultos para la
prevención de las calamidades que el cambio climático representa: desastres
naturales, estrés por el calor, la mala calidad del aire que respiramos, el
ruido y su impacto en nuestra audición, el aumento de las infecciones
infantiles, el incremento de las enfermedades respiratorias entre estas el
asma, y las amenazas respecto al suministro de agua y alimentos a la población.
Es una
evidencia médica que los niños son más vulnerables a las enfermedades
consecuencia del calentamiento global: malaria, dengue, Zika, Chikungunya,
virus del Nilo Occidental, enfermedad meningocócica y diarreas amebianas.
Esperándose, que para el 2030 se sumarán cerca de 50 mil muertes más por
diarrea en niños menores de 15 años en los países más pobres.
Samantha
Ahdoot del Consejo para la Salud Ambiental de la AAP afirma, “que los pediatras
tienen un largo historial a propósito de políticas sociales que protejan la
salud y el bienestar del niño, y, ahora entienden el reto que implica el cambio
climático a nivel global para el futuro de la salud infantil”. Y reconoce,
que la AAP fue una de las primeras asociaciones que llamó la atención
sobre éste tema en el año 2007 advirtiendo sobre el impacto de éste fenómeno en
la salud del niño en todo el mundo.
Desde el 2007,
el impacto del cambio climático sobre la salud infantil se ha clasificado en
tres categorías. Eventos Primarios: Condiciones extremas del clima que colocan
al niño en mayores riesgos de vulnerabilidad a las infecciones, secuelas de
enfermedades mentales y calor extremo, asociados a un aumento de la morbilidad.
Eventos Secundarios: efectos sobre la salud mediados por cambios en la ecología
que incluyen, alteración en el patrón de las enfermedades infecciosas, con más
enfermedad de Lyme en los EE.UU. y el incremento en la aparición de las
enfermedades diarreicas en los países más pobres de Asia y África. Cambios en
la calidad del aire con más enfermedades respiratorias, alergias y asma. Y, Eventos
Terciarios a gran escala, como es el impacto social de la escases de agua y
alimentos con desplazamientos humanos y conflictos étnicos y migratorios que
están teniendo efectos catastróficos en la salud y bienestar del niño a nivel
global.
La AAP y los
pediatras del mundo abogan por un nuevo movimiento en salud pública para
educar, promover y colaborar con los líderes locales y nacionales en relación a
los riesgos que el cambio climático plantea para la salud humana, con especial
interés en la salud infantil. Una buena estrategia, una manera responsable de
ejercer la política al servicio de la sociedad.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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