miércoles, 11 de abril de 2018

Vacunación de adultos


El Ministerio de Salud Pública de nuestro país ha dado un giro muy positivo y es, no ocultar ninguna enfermedad  o brote que pueda afectar a la población. En ese sentido, dio a conocer recientemente la aparición de un caso importado de difteria llamando a la gente a vacunarse. El nerviosismo se apoderó de los ciudadanos que abarrotaron todos los centros de vacunación, y, esto es lo preocupante. Que no exista una cultura o política pública de vacunación en adultos de manera programada.

Todo adulto que no recuerde haber sido vacunado o que tenga 10 años o más de su último refuerzo, debe vacunarse contra Difteria, Tosferina y Tétano y reforzar estas vacunas cada 10 años. Todo adulto con 60 años o más, debe vacunarse contra el neumococo, con mayor rigor, si es hipertenso, asmático, diabético, fumador, cardiópata, si toma medicamentos inmunosupresores o padece de cualquier otra enfermedad crónica. Toda mujer embarazada debe recibir vacuna contra la difteria, tétano, tosferina y contra la gripe o influenza en cada embarazo, sin importar el tiempo transcurrido entre el embarazo actual y el anterior.

 El médico de adulto tampoco tiene la cultura de vacunar. Si el profesional no está familiarizado con el esquema de vacunación, al menos, debe motivar a sus pacientes a asistir a uno de los centros de vacunación públicos y gratuitos que existen. El paciente, debe preguntar sobre sus vacunas al médico en cualquiera de sus visitas rutinarias. Las vacunas contra la hepatitis A y B, sarampión, rubeola, papera, varicela, herpes zoster (no existente en el país), son también necesarias. La del papiloma humano para prevenir el cáncer del cuello uterino en la mujer es importante. Australia,  que tiene años vacunando a jóvenes de ambos sexos, eventualmente podría ser declarado como el primer país en el mundo libre del cáncer cervicouterino.

 Nace un niño: sus padres, tíos, abuelos, padrinos y hermanos mayores se llenan de alegría, pero ninguno está vacunado, convirtiéndose en fuente de contagio de estas enfermedades en un recién nacido con un sistema de defensas todavía muy débil. El mejor regalo para ese niño sería, que todos los adultos a su alrededor estén vacunados.

 La gripe o influenza, enfermedad “sin importancia” para algunos, puede ser catastrófica en los niños más pequeños. Desde el año 2004 en los EE.UU. las muertes pediátricas asociadas a la influenza han ido en aumento, es un evento de declaración obligatoria desde entonces, que ha obligado a una mayor cobertura vacunal en niños, embarazadas, personal médico y para médico y en toda persona que atienda niños.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana



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