Las enfermedades
no transmisibles de los adultos, son dolencias crónicas que pueden detectarse a
muy temprana edad. Estas enfermedades matan a 41 millones de personas al año,
lo que equivale al 71% de las muertes en el mundo. Cada año mueren por
enfermedades no transmisibles 15 millones de personas entre los 30 y 69 años y,
más del 85% de estas muertes ocurren en los países “en vía de desarrollo “. Las
enfermedades cardiovasculares contribuyen con 18 millones de muertes al año, el
cáncer con 9 millones, las enfermedades respiratorias con 3.9 millones y la
diabetes con 1.6 millones. Estas enfermedades, son las responsables de más del
80% de las muertes en personas que debieron seguir viviendo útiles a sus
familias y a su sociedad.
Muchas de
estas enfermedades, dieron sus primeros síntomas en la infancia o lo hicieron
de manera silenciosa. Hoy se recomienda una evaluación ocular de rutina a todos
los niños a los 6 meses de edad, aunque
no se sospeche nada, y si se trata de un niño prematuro desde que nace. No es
necesario que nos llamen del colegio a decirnos que “nos parece que su niño no
ve bien”. No es necesario esperar a que del colegio nos llamen a decirnos que
el niño es distraído, que no aprende a buen ritmo, y que “nos parece que no oye
bien”. Porque desde sus primeros días de nacido, se le debe hacer un estudio
sencillo, no doloroso y barato, las “otoemisiones acústicas”, que se realiza en
el país, y que nos informa a tiempo que el niño oye o no oye de uno o ambos
oídos.
Es una
tragedia que un niño de 12 años se desplome en el campo de futbol sin habérsele realizado una evaluación
cardiovascular de rutina con ecocardiograma incluido. Y, dado el hecho de que
existen cardiopatías congénitas silenciosas, la recomendación es, que a todo
niño sano entre los 8 y 9 meses de edad, se le realice ésta evaluación,
la que debe repetirse cuando se inicie un deporte o actividad física muy
demandante.
Las
enfermedades no transmisibles pueden estar presentes desde la edad pediátrica,
no son exclusivas del adulto y son aquellas enfermedades no contagiosas, que no
se transmiten por virus o bacterias o de persona a persona y que tienen
múltiples causas: genéticas, ambientales, metabólicas, mentales, nutricionales
etc. En todas ellas podemos intervenir desde la infancia, cambiando su curso,
para proporcionarle al individuo una mayor sobrevivencia y mejor calidad de
vida.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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