Oí esta expresión a un
distinguido colega ecuatoriano cuando ofrecía una de sus conferencias en el
Vaccine Summit/2019 celebrado recientemente en la ciudad de Panamá.
Para entender el
calentamiento global del planeta producto entre otras cosas de la
industrialización y la deforestación, no hay que ser un experto. Basta con
observar la cantidad y magnitud de los huracanes, las olas de calor, grandes
sequías y más crudos inviernos, el derretimiento de los glaciares, la
desaparición de especies y los desastres en la agricultura. Producto de ese desequilibrio
planetario, el Servicio Europeo del Cambio Climático Copernicus, ha declarado
al mes de octubre/2019 como el mes más caliente jamás registrado en el mundo.
A la par con ese fenómeno,
se está produciendo en el mundo un calentamiento social, que es consecuencia de
las grandes desigualdades e injusta distribución de las riquezas y la falta de
oportunidades para la mayoría de las personas. Que explica, aunque no lo
entendamos, los hechos violentos que con un gran apoyo popular se están produciendo
en países como Chile y muchos otros.
Uno de cada 10 niños
nacidos en un país pobre morirá antes de cumplir los cinco años en la mayoría
de los casos por alguna enfermedad prevenible, y, el 1% de la población,
acapara el 90% de la riqueza que genera el resto de la población mundial.
Oxfam, en la celebración
del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, aprovechó y publicó su informe
preliminar “El trabajo no la riqueza” en el que saca a relucir el otro lado del
dinero. Aquel que demuestra que el 50% más pobre de la población, 3, 700
millones de personas, no se benefició en lo más mínimo del crecimiento y la
riqueza mundial de que se nos habla.
El calentamiento global
que es una realidad, junto al calentamiento social que es la otra realidad de
que nos hablaba el Dr. Marcelo Aguilar de Ecuador, se manifiesta en la
situación de salud que viven nuestros pueblos. Hombres, mujeres y niños que
siguen enfermando y muriendo por las mismas causas que enfermaban y morían hace
décadas.
Lo que sufre hoy la
humanidad es producto de las acciones equivocadas del hombre. Ese mismo hombre,
tiene en sus manos la solución si es que honestamente se desea un mundo mejor
para nuestros hijos y nietos.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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