En febrero del año 2018 los expertos de la OMS publicaron
una lista de enfermedades capaces de producir una pandemia. La lista incluía al
ébola, zika, fiebre de Lassa, la fiebre del valle Rift, la fiebre hemorrágica
de Crimea-Congo, la enfermedad nipha, los síndromes SARS y MERS. Y, la
enfermedad X, que la produciría una bacteria o un virus desconocido. Viendo en
retrospectiva, ese virus desconocido no es otro que el SARS Cov-2 productor de
la enfermedad COVID-19 causante de la pandemia que hoy azota al mundo. Si este
virus nos encontró desprevenidos, ¿no deberían los países prepararse para la próxima
pandemia que nos espera? Y es que la OMS además del listado que hizo público, nos
viene advirtiendo que: “El mundo debe prepararse para una gran epidemia de
gripe o influenza. Estamos seguros que se va a producir, lo que no sabemos es
cuándo o donde se originará el brote”.
El 11 de marzo/2019 la OMS divulgó la estrategia
2019-2030 contra la gripe, y, ¿Qué medidas han tomado los países miembros? No
las conocemos. Dicha estrategia busca proteger a las personas en todo el mundo
de la amenaza que representa esta enfermedad. Que los gobiernos hagan lo
necesario para prevenir la influenza estacional, la que se produce a final de
año al llegar la estación de invierno. Evitar que la gripe se propague de los
animales a las personas y, que se refuercen las medidas de vigilancia y
prevención, para que cuando se presente, los daños a las personas en morbilidad
y muertes sean mínimos. Pero los políticos y sus gobiernos no hacen caso a los
profesionales sanitarios, y más bien los maltratan y pretenden ridiculizarlos.
Esperamos que la próxima pandemia de influenza no nos encuentre
desprevenidos, como lo hizo el SARS Cov-2. Que los fabricantes de las vacunas
aceleren su producción, que haya vacunas para todos, que no las acaparen los
países ricos, y que los países pobres como el nuestro las compren y las
administren al mayor número de nuestros habitantes. Que se fortalezcan las
medidas de prevención y vigilancia epidemiológicas, que la autoridad oiga y se
deje asesorar de los profesionales sanitarios, que se invierta en la gente de
esa manera, que es la más honesta y responsable. Y, que las organizaciones y
personas anti vacunas dejen de engañar a la gente inocente.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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