COVAX, es una estrategia
creada consecuencia de la pandemia COVID-19 por cuatro grandes organizaciones:
la Coalición para la Promoción e Innovaciones en pro de la preparación ante las
Epidemias (CEPI), la Alianza Mundial para las Vacunas e Inmunizaciones (GAVI),
el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización
Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de garantizar el acceso justo y
equitativo de las vacunas contra COVID-19 a todas las personas en el mundo.
El fondo rotatorio de la
Oficina Panamericana de la Salud (OPS) sería el encargado de adquirir las
vacunas para los países de las Américas y el UNICEF se encargaría de la compra
de las vacunas para el resto del mundo.
Pero la realidad fue otra,
porque desde que se autorizó el uso de las vacunas contra la COVID-19 como una
medida de emergencia internacional, de los 42 Estados que comenzaron a vacunar
a sus poblaciones 36 eran países ricos y los otros 6 pertenecían a un nivel
socio económico medio-alto (Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la
OMS).
Algo más de 70 millones de
dosis de vacunas han llegado a 126 países entre febrero y mayo 2021, incluso a
zonas en conflicto a través del COVAX. Sin embargo, para finales de junio 2021,
la estrategia enfrentaba un déficit de 190 millones de dosis, y aunque gracias
a los nuevos acuerdos con los fabricantes se dispondrá de más vacunas, si no se
solventa el déficit actual las consecuencias van a ser desastrosas (OMS). Una
situación injusta y preocupante, porque si bien es cierto que países como los
EE. UU, están haciendo importantes donaciones, países poderosos incluyendo a este
país han acaparado las vacunas en interés de proteger a sus habitantes.
Pero un nuevo COVAX habrá
de emerger, porque no vivimos aislados y las nuevas variantes están llegando a
los países vacunados desde el resto del mundo que no ha tenido acceso a las
vacunas. Una nueva y gran estrategia se hace necesaria, y es que el 2% de la población
mundial que posee el 90% de las riquezas del planeta se vuelque al resto del
mundo haciendo las transformaciones para que tantas desigualdades desaparezcan para
siempre. Y que se entienda, que una mejor distribución de los bienes de que
disponemos es la única garantía para una buena salud y estabilidad social en el
mundo. Es el nuevo COVAX que necesitamos.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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