La enfermedad COVID-19 es producida por un virus
impredecible que, una de sus presentaciones puede ser: enfermedad severa en
adultos jóvenes con deficiencia de la enzima Glucosa 6 Fosfato Deshidrogenasa
(G6PD).
La deficiencia de G6PD, es un trastorno en el que los
glóbulos rojos de la persona se destruyen cuando son expuestos a ciertos
medicamentos o a algún agente infeccioso. Es un trastorno hereditario que pasa
de padres a hijos, que puede diagnosticarse igual que muchos otros trastornos
hereditarios o congénitos por el tamizaje neonatal o prueba del talón en el
niño recién nacido antes que la enfermedad presente algún síntoma.
“Personas que fueron expuestas al SARS-Cov-2, todavía
permanecen con síntomas, otras, experimentaron una enfermedad de leve a
moderada, mientras que otras, han sido afectadas severamente o han fallecido.
La tasa de hospitalización aumenta con la edad y aproximadamente el 90% de las
hospitalizaciones han obedecido a personas con alguna condición o enfermedad de
base. Sin embargo, ese no debería ser el caso de adultos jóvenes y saludables
que han sido severamente afectados por la COVID-19, lo que sugiere que, otros
factores, entre estos la deficiencia de G6PD pudieran ser determinantes” (Dan
J. Vick, MD. DHA. MBA. Mayo Clinic. DOI: 10.1016/j.mayocp.2020.05.035).
La Deficiencia de Glucosa 6 Fosfato Deshidrogenasa,
afecta a 400 millones de personas en el mundo. Y aunque frecuentemente es
asintomática, quienes la padecen, pueden presentar destrucción de sus glóbulos
rojos (anemia hemolítica) como consecuencia de haber estado expuestas a una
infección viral o a ciertos medicamentos. Existen suficientes evidencias
científicas que asocian a la deficiencia de G6PD a la susceptibilidad,
severidad y letalidad de la COVID-19 en jóvenes saludables, sin comorbilidades,
que se supone deberían evolucionar favorablemente.
Uno de los tantos aspectos inquietantes del SARS-Cov-2 es
la susceptibilidad que tenemos a la enfermedad que produce; y si será necesario
para su prevención tener que vacunarnos cada año, o si se podrá producir una vacuna
universal que proteja contra todas las variantes y subvariantes que este virus pueda
desarrollar.
Este nuevo coronavirus, ya no tan nuevo, ni exclusivamente respiratorio, que puede afectar cualquier órgano o sistema de nuestra economía. Que se ha comportado de manera impredecible, que puede dejar secuelas a corto, mediano y largo plazo y que ya es endémico, amerita de más vigilancia y estudios respecto de su evolución futura. Porque si bien la pandemia parecería haber terminado, el virus permanece, probablemente para seguir sorprendiéndonos.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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