El 9 de
septiembre, que es el mes 9 del año, como 9 son los meses del embarazo en la
especie humana, se celebra el día mundial del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).
Que es un llamado a la población general, a los médicos y a la mujer que
planifica quedar embarazada, la que se embarazó o que está amamantando, para
evitar los daños que el alcohol puede producir en sus hijos.
Los
niños con el SAF presentan características faciales anormales, retraso del
crecimiento, trastornos del aprendizaje, de la memoria, de la comunicación, de
la visión y la audición. Algunas de estas características podrían no estar
presentes, pero lo que nunca va a faltar es: EL RETRASO MENTAL. Porque el
alcohol afecta de manera especial al cerebro del ser humano en desarrollo.
Como al
día de hoy no sabemos cuál es la dosis de alcohol que va a afectar al cerebro
del niño, la recomendación es: cero alcohol durante el embarazo y la lactancia.
Es evidente, que el consumo de alcohol en
estos tiempos comienza muy temprano en la adolescencia. Que las niñas están
tomando igual cantidad de alcohol que los varones. Que el embarazo en las
adolescentes es casi una epidemia y que cerca del 50% de los embarazos en
sentido general no son planificados. Un riesgo real para una población de niños
que pueden llegar a este mundo con la carga del Síndrome Alcohólico Fetal. Ante
esta realidad ¿cuál podría ser el futuro de nuestra sociedad si no educamos a
nuestros hijos en el hogar, la escuela y el colegio? Si no los alejamos de
tanta propaganda engañosa y carente de contenido. Si no los enseñamos con el
ejemplo.
El SAF fue
descrito en 1973 por Kenneth Lyons y David W. Smith de la Universidad del
Estado de Washington en Seattle, pero ya en 1968 Paul Lemoine en Francia había
publicado el caso de niños de madres alcohólicas que nacían con características
faciales anormales. Esos descubrimientos fueron confirmados en 1979 por un
grupo de investigadores en Gothenburg, Suecia, y la aceptación de la comunidad médica
mundial de que el SAF es una condición médica grave, pero que se puede prevenir.
Entonces, nos surge una inquietud: ¿Qué está pasando con la sociedad global actual que es tan indiferente,
que no asume su responsabilidad ante la evidencia científica y ante condiciones
como el SAF y otras condiciones o enfermedades cuyo control y prevención está
al alcance de todos? Lo dejo a modo de
reflexión y sugerencia para algún estudio sociológico.
Marcos Díaz Guillén
Pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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