Entre
estas enfermedades está el dengue que, en estos tiempos, nos ataca con una de
las peores epidemias que hayamos tenido por este virus.
Me
preguntan, qué diferencia hay entre brote epidémico y epidemia. No hay ninguna,
es lo mismo. Simplemente, para no producir pánico, a veces se prefiere usar el
término brote epidémico que parece ser menos impactante que epidemia.
No solo el dengue puede transmitirse por la
picadura del mosquito, también la Chikungunya, la fiebre amarilla y el Zika. De
esta última, existen evidencias de que puede pasarse al recién nacido si la
madre adquirió la enfermedad en el embarazo y de persona a persona por
relaciones sexuales sin protección.
Otros virus son también amenazas reales para
muchos países incluyendo al nuestro y que potencialmente pueden producir
pandemia como la padecida recientemente por el SARS-Cov2. Son estos: Hanta
virus, Fiebre de Lassa, virus Marburgo, Ébola y el virus del Nilo Occidental
entre otros. Advertencia que ha hecho la OMS a todos los países para que
reforcemos la vigilancia epidemiológica, los sistemas de Salud Pública
nacionales y el nivel educacional de los pueblos. Mensaje dirigido directamente
a nuestros líderes y gobernantes para que dejen atrás sus políticas populistas,
y también a la población que debe participar como parte importante de las
transformaciones que deben producirse.
El Zika
era un virus poco conocido en América Latina. Fue en mayo 2015 que el M.S.P. de
Brasil confirmó la circulación de este virus en los Estados de Bahía y Río
Grande del Norte. Y, fue el 23 de enero 2016 que la R.D. notificó a la OPS/OMS
la aparición de 10 casos de Zika repartidos en el D.N., Santo Domingo Norte,
Jimaní, Independencia y Barahona. Enfermedad que se expandió dejando decenas de
niños recién nacidos con microcefalia y retraso mental. El dengue, el Zika,
Chikungunya, la fiebre amarilla y otros virus, son transmitidos por el mismo
mosquito y tanto estos virus como otros en cualquier lugar y en cualquier
momento, pueden producir una epidemia que termine en pandemia.
Hemos hecho un poco de historia de algunos brotes epidémicos que conocemos, para recordar a la población, a las autoridades y a nuestros líderes que, mejor que reaccionar es, prepararnos y estar alertas. No para evitar lo que pudiera ser inevitable, sino, para minimizar los efectos que una epidemia o pandemia pueda producir en una población si la encuentra desprotegida.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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