Las vacunas ARN mensajero (ARNm) se conocen desde que se
usaron por primera vez contra la gripe en ratones en 1990 y luego contra la
rabia humana en 2013.
Aunque el ARNm se descubrió en la década de los años
sesenta, no fue hasta finales del año 2020 que las agencias reguladoras de
medicamentos de los EE.UU. y Europa autorizaron las vacunas ARNm y también la
OMS en las campañas
masivas de vacunación, para enfrentar la pandemia que nos trajo el SARS-Cov2. Gracias
a estas vacunas, a los cuantiosos recursos invertidos y a los esfuerzos conjuntos
que se hicieron, esa terrible epidemia mundial pudo detenerse en un tiempo
considerablemente corto.
Las vacunas ARNm es el resultado de muchos años de
investigación y uno de los mayores avances de la medicina moderna que se han
querido desacreditar. La pandemia influenza española de 1918 dejó entre 80 y
100 millones de muertos y desde que aparecieron las vacunas que han controlado
la gripe en el mundo, también se arremetió contra ellas. Porque la
desinformación contra las vacunas y la ciencia no es algo nuevo.
Las vacunas ARNm luego de su protagonismo en la pandemia
Covid-19 están abriendo nuevas puertas en la lucha contra el cáncer. Los
avances son tan prometedores que algunas de estas vacunas podrían estar
aprobadas entre el 2025 y 2028 para el uso en personas con tipos de cáncer que
hoy no tienen cura.
A diferencia de las vacunas conocidas para la prevención
de enfermedades infecciosas, las vacunas ARNm contra el cáncer son
personalizadas y terapéuticas; y están diseñadas para ayudar a nuestro sistema
inmune a reconocer y atacar a las células cancerosas presentes en nuestro
organismo.
Los científicos
tienen décadas trabajando en vacunas contra diferentes tipos de cáncer:
-
Melanoma (cáncer agresivo de piel)
-
Cáncer de pulmón
-
Cáncer de páncreas (muy agresivo)
-
Cáncer de colon
-
Cáncer de mama
-
Glioblastoma (cáncer agresivo del cerebro)
Debemos recordar que, el descubrimiento del ARNm como
pieza clave en el éxito de las vacunas Covid-19, le mereció el premio Nobel de
medicina en el año
2023 a la investigadora y científica húngara Katalin Karikó y al estadounidense
Drew Weissman. Que, desde entonces, la desinformación y ataques contra esas y todas
las vacunas son inmensos. Que estamos viviendo un retroceso histórico que
pretende llevarse por delante todo lo que parezca ciencia e investigación y de
paso, proteger intereses particulares, creencias y fanatismos, para mantener en
la oscuridad y la duda a tanta gente que no está en capacidad de entender dónde
está la verdad o la estafa.
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