La comunidad
médica reconoce las ventajas de vacunar a partir octubre de cada año, y antes
de iniciarse el invierno, contra la gripe o influenza. Las epidemias sufridas
por la humanidad nos han alertado en ese sentido. Dicha vacuna debe ponerse a
los niños desde los seis meses de edad y también a los adultos, particularmente
a los envejecientes y a toda persona con alguna enfermedad crónica de base,
porque la gripe en estos pacientes, se puede complicar y puede matar. Pero
resulta, que dicha vacuna no solamente protege contra la gripe, sino, que
parece tener otro valor agregado.
“La vacuna
contra la influenza, puede prevenir eventos cardiovasculares al evitar la
ruptura de las placas ateroscleróticas y otras formas de daño cardiaco en
pacientes vulnerables, y representa una terapia de protección con una simple
vacuna una vez al año”(JAMA, Journal of the American Medical Association,
octubre 23, 2013).
Un meta
análisis y revisión sistemática de las base de datos” Medline”,” Embase” y “Cochrane”
(1946 – agosto, 2013), comparando la vacuna de la influenza versus placebo en
pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular, destaca su eficacia y
seguridad en los eventos cardiovasculares. Y, estudios aleatorios, cinco de
ellos ya publicados y uno sin publicar, en los que se incluyeron 6, 735
pacientes con una edad promedio de 67 años, 51.3% mujeres, 36.2% de ellas con
historia cardiaca, la vacuna de la influenza, se asoció a un riesgo más bajo de
sufrir eventos cardiovasculares.
Estudios
previos sugieren, que la enfermedad
estacional por influenza y virus relacionados, es determinante en la
aparición de eventos vasculares trombóticos en pacientes con enfermedad
coronaria conocida y estable. Se
sugiere, que existe una fuerte relación inversa entre la vacuna de la influenza
y el riesgo de la aparición de eventos cardiovasculares fatales y no fatales.
La comunidad
médica mundial y sus instituciones especializadas recomiendan desde el año
2006, la vacunación universal de la influenza a los pacientes en riesgo o con
enfermedad cardiovascular, como una forma de protección contra las potenciales
complicaciones de éste virus en estas
personas.
En resumen, se
puede afirmar, que la vacuna contra la influenza estacional anual de invierno,
debe aplicarse a todos los niños a partir de los seis meses de edad. Pero
además, a toda persona de más de 65 años aunque esté sana, y a todo aquel, con
alguna condición crónica como hipertensión arterial, asma, diabetes, enfermedad
coronaria o renal etc. Con más rigor ahora que se ha sugerido que dicha vacuna
tiene el valor agregado de disminuir la incidencia de accidentes cardiovasculares
y cerebrales.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
No hay comentarios:
Publicar un comentario