“El bienestar
de los animales consiste, en que estos estén sanos y tengan lo que quieren y
necesitan. Si se cumplen ambas cosas en el cuidado de los animales, por lo
general, tendrán un bienestar adecuado. Para los que creen que no debemos
preocuparnos por los animales, solo hay que saber que un alto porcentaje de las
enfermedades que padece el ser humano proceden de los animales. No hay más que
pensar en la gripe aviar o porcina y ya todo está dicho. Y, si le damos valor a
la salud humana, la salud de los animales, es igual de importante”. (Mariam
Stamp-Dawkins, experta en comportamiento animal de la universidad de Oxford).
“Es la misma
sensación si estrangulas un animal o una persona. Ya has sentido la presión en
el cuello mientras intenta respirar. Estas estrujándoles la vida a esos
animales y no hay mucha diferencia. Lucharán por sus vidas igual que lo hará un
ser humano. Llega un momento en que matar ya no significa nada. Ya no me
interesaban los animales y empecé a buscar víctimas humanas. Lo hice. Maté y
maté hasta que me pillaron. Ahora pago por ello durante el resto de mi vida.
Deberíamos parar la crueldad antes que se transforme en un problema mayor como
yo”.
Esta confesión
fue hecha por el asesino en serie de nacionalidad canadiense, Keith Jesperson
Hunter desde su prisión en el Estado de Oregon. Es una evidencia de que la
violencia y maltrato a los animales, es un indicador de violencia hacia los
humanos. Si el niño se acostumbra a ver el maltrato hacia los animales como
algo normal, de adulto es muy probable que sienta menosprecio por la vida de
los otros. Existe un vínculo estrecho entre la crueldad hacia los animales, la
conducta antisocial y la violencia entre las personas.(En su niñez, Keith,
criado en un hogar violento, se deleitaba maltratando y asfixiando aves y otros
animales).
No menos cruel,
y en nombre del progreso y la ciencia se hacen experimentos que son abusos a
los animales. Pastas dentífricas y espumas
de afeitar se introducen a presión en sus estómagos, champús para el pelo se
esparcen en sus ojos hasta la ceguera total, se les hace inhalar químicos hasta
caer en coma. Y la sociedad global ve eso y más como normal.
Pienso, que el
mundo debe cambiar, que debemos educar para la paz. Que debemos respetar los
derechos y la dignidad de los más débiles, incluyendo a los animales. Y, pienso
también, que debemos trabajar duro, para que los niños de hoy, en el futuro,
puedan disfrutar de una sociedad más justa.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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