El Enterovirus
71(EV71) fue el principal agente causante de los brotes de la enfermedad
boca-mano-pie en Europa, Australia y Japón entre 1972 y 1988, y ha sido
implicado, en una serie de brotes en la región Asia-Pacífico desde los años
90´s.
La más grande
epidemia Asia-Pacífico ocurrió en China en el 2008 donde se detectaron 490,000
casos de infección por este virus y se reportaron 126 fallecimientos en la edad
pediátrica. La mayoría de los casos severos y fatales, se dieron en niños por
debajo de los tres años de edad.
El EV71 puede
causar un amplio espectro de enfermedades que incluyen: enfermedad
boca-mano-pie, herpangina, meningitis, y otras enfermedades febriles y de vías
respiratorias. Una vacuna contra este virus está en su última fase de
investigación para su aplicación en la población infantil, sin dejar de
reconocer, que dicha vacuna, no tendrá protección contra la enfermedad
boca-mano-pie producida por el virus coxsakie A16 y otros serotipos de
enterovirus. La enfermedad boca-mano-pie producida por uno y otro virus, es
clínicamente indistinguible. Pero mientras el Coxsakie no representa riesgos
importantes, el EV71 es un serio problema de salud pública que afecta
principalmente a niños por debajo de los cinco años de edad, y que se asocia a
enfermedad neurológica severa.
El EV71 se
propaga de persona a persona a través de las manos y objetos contaminados. Por
eso es tan importante la higiene en los colegios y maternales, y en todo
conglomerado de personas. Se contagia por la saliva, secreciones nasales y el
esputo de personas infectadas a otras que no lo están. Un niño con la
enfermedad boca-mano-pie, puede contaminar a otro niño o al personal docente,
si asiste al colegio mientras persistan las lesiones de la piel y las vesículas
características. El diagnóstico de la enfermedad boca-mano-pie es clínico y es
imposible saber cuál de los dos es el agente causal, al menos que se identifique
el virus en el laboratorio. De ahí la importancia que tendrá la aplicación de
una vacuna cuando esté disponible.
No existe
tratamiento específico para la infección producida por el EV71, y en los casos
severos, se requiere hospitalización, para el monitoreo y detección de las
complicaciones que pudieran afectar el corazón y/o el sistema nervioso central.
Se puede
prevenir la enfermedad boca-mano-pie, con lavado permanente de las manos de los
niños y de quien los cuida, limpieza adecuada de los juguetes y utensilios en
el colegio. Y, muy importante: haciendo hincapié en el lavado obligatorio de
las manos después de haber usado el sanitario.
Por último, la vacuna contra el EV71 será una estrategia que habrá que
implementar, ya que este subgrupo de enterovirus, podría producir serias
complicaciones neurológicas en la población infantil que no esté protegida.
Fuente: New England Journal of Medicine, febrero 27,
2014.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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