Foto © Bradley Stemke
La gente cree que un producto porque es natural es necesariamente bueno, y no es así. Lo cierto es que muchos de esos tratamientos naturistas a base de hierbas, plantas y suplementos dietéticos, no han pasado por un serio escrutinio científico.
“El daño hepático relacionado a hierbas y suplementos dietéticos se ha más
que duplicado en la última década, según datos publicados en los EE.UU. por la
revista Hepatology. Los investigadores analizaron los registros de 800
pacientes con daños del hígado producidos por medicamentos y por la ingesta de
productos a base de hierbas y suplementos dietéticos. En los primeros dos años,
el 7% de los daños se atribuyeron a estos productos o suplementos, proporción
que se elevó al 20% una década después”. Además afirman, “que la
hepatotoxicidad o daño del hígado que precisó trasplante de dicho órgano, fue de
un 13% con el uso de esos productos naturales, versus un 3% con el uso de
drogas convencionales (Kelly Young, editado por André Sofair, MD, MPH, y por
William E. Chavey, MD, MS. Revista New England Watch, sept. 5, 2014).
La Administración de Alimentos y Drogas de los EE.UU. (FDA) regula los
productos naturales así como los suplementos vitamínicos y dietéticos de
acuerdo a las normas para alimentos, que son mucho menos estrictas que las
normas que rigen a los medicamentos. Y, contrario a los medicamentos, el
fabricante de productos naturales y dietéticos no tiene que probar que estos
productos son eficaces e inocuos para las personas, y pueden ser adquiridos
libremente (over the counter/en el mostrador). Existiendo en la actualidad, un
mercado multimillonario de dichos productos, con más de 50 mil marcas
diferentes.
Por otra parte, disponemos de suplementos dietéticos y vitamínicos con
indicaciones médicas precisas, como es el caso del ácido fólico, que está
indicado antes y durante el embarazo a la mujer para la prevención de defectos
congénitos en el feto. Eso es correcto, y existen las evidencias médicas y científicas que lo
avalan.
En resumen, lo que se desea es, que
aprendamos a ser más críticos y que usemos nuestro sentido común cuando de
nuestra salud se trata. Que entendamos, que los productos naturales, como los
vegetales, las hortalizas, las frutas etc son muy buenos. Pero que muchas de
esas capsulas mágicas que nos ofrecen, sin el aval de una investigación seria,
nos pueden hacer más daño que bien. Que es un peligroso error, dejar a un lado
el tratamiento que nos mantiene la hipertensión arterial controlada, por un
“producto natural” solo porque se me antoja, sin ninguna evidencia médica que
lo respalde.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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