La oximetría de pulso, conocida desde hace muchos años, es la medición de
la saturación de oxigeno de la sangre con un equipo sencillo a través de la
piel del pulpejo del dedo o del lóbulo de la oreja, y que al mismo tiempo
monitorea la frecuencia o pulso cardiaco. Se hace de rutina en los pacientes en
la sala de cirugía y en la unidad de cuidados intensivos. Pero, debería hacerse
de rutina a los recién nacidos, como una manera de orientar hacia el
diagnóstico de enfermedades cardíacas congénitas que en sus inicios pueden no
presentar síntomas de hipoxia o falta de oxigeno.
Algunos niños que nacen con malformaciones cardiacas pueden tener una
apariencia saludable y ser dados de alta sin que se detecte su problema. Días
después, estos niños deben ser reingresados requiriendo atención médica y
quirúrgica de emergencia. Con la oximetría de pulso se pueden detectar defectos
cardiovasculares de nacimiento antes que estos den síntomas importantes de la
enfermedad.
Esta prueba sencilla y no invasiva debe ser realizada por un personal que
la sepa interpretar, porque puede prestarse a errores, pero de lo que no hay duda
es, que bien realizada y bien evaluada, puede ser de gran ayuda. La oximetría
tampoco es un sustituto de un buen examen físico y una buena historia clínica
con los que se pueden diagnosticar defectos congénitos antes de que los niveles
de oxigeno en la sangre sean bajos.
En la sala de recién nacidos con frecuencia atendemos niños prematuros a
los que hay que suministrarles oxigeno
con el riesgo de producirles hiperoxia o concentración muy alta de oxigeno en
su sangre, y llevarlos a una complicación grave
como es la retinopatía del prematuro
o la displasia broncopulmonar. Podemos suministrarles poca cantidad de oxigeno
y llevarlos a un cuadro de hipoxia o concentración muy baja de oxigeno, y
terminar en daño cerebral, daño renal o en una complicación grave del prematuro
conocida como enterocolitis necrotisante. Súmele a todo esto los días de
permanencia en la Unidad, otras complicaciones y su costo. Es ahí, donde la
oximetría puede jugar un papel relevante, porque es una técnica simple, una
atención primaria que se puede aplicar en cualquier país, si se tiene la
voluntad, independientemente de su desarrollo socioeconómico.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, Republica Dominicana
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