lunes, 22 de diciembre de 2014

Proyecto Armonía

Los niños y adolescentes están más propensos a meterse en problemas y mostrar una conducta violenta por las tardes, en horario fuera de la escuela. En la ciudad de Los Angeles, California, existe un programa conocido como “Proyecto Armonía”. Sin fines de lucro, con más de 1, 900 niños y adolescentes procedentes de barrios y comunidades muy pobres. A estos niños, se les enseña a tocar un instrumento musical, y los resultados parecen ser muy interesantes. El 97% de los estudiantes del proyecto han sido aceptados en universidades y colegios para estudios superiores, y, dicho por ellos mismos, cuando tocan un instrumento musical se dan cuenta que no existen retos tan grandes que no puedan ser superados.

El Proyecto Armonía es además, una investigación sobre los efectos de la música en el cerebro humano avalado por Northwestern University. ¿Puede la música estrechar la brecha académica que existe entre los niños pobres y aquellos con mejores oportunidades? Es la pregunta que se hace la investigadora Nina Kraus y los resultados parecen confirmarlo. “La práctica de tocar un instrumento musical no solo mejora el oído para la música, sino que mejora el lenguaje”, son los resultados de este estudio nuevo publicado en Journal of Neruosciences.

Los investigadores observaron, que los niños que toman lecciones de música por dos años no solo adquieren destreza musical, sino, que mejoran su destreza cerebral para el lenguaje, y, lo inusual es, que no se trata de resultados obtenidos en un laboratorio. Si no sobre el terreno, en  niños de escasos recursos. Son jóvenes que provienen de familias disfuncionales y comunidades donde existe mucha violencia y droga.

Para dejar evidencia médica de lo expresado, Kraus y cols. Colocaron electrodos en la cabeza de los niños en estudio, registraron las ondas o descargas eléctricas cerebrales bajo los efectos de la música, y definitivamente, el cerebro del niño es diferente bajo sus efectos.

  Debemos concluir, que no existen diferencias entre el cerebro de un niño pobre y uno rico. La diferencia está en el estímulo y la información que podamos aportarle en cada caso. Es la obligación de los padres hacerlo. Y es obligación del Estado ofrecerles una educación integral para satisfacer esas necesidades. En Nuestro medio, la música muy bien pudiera ocupar un lugar especial en la tanda extendida extra curricular como un aporte para ese desarrollo.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
 

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