Los niños y adolescentes están más propensos a meterse en problemas y
mostrar una conducta violenta por las tardes, en horario fuera de la escuela.
En la ciudad de Los Angeles, California, existe un programa conocido como
“Proyecto Armonía”. Sin fines de lucro, con más de 1, 900 niños y adolescentes
procedentes de barrios y comunidades muy pobres. A estos niños, se les enseña a
tocar un instrumento musical, y los resultados parecen ser muy interesantes. El
97% de los estudiantes del proyecto han sido aceptados en universidades y
colegios para estudios superiores, y, dicho por ellos mismos, cuando tocan un
instrumento musical se dan cuenta que no existen retos tan grandes que no
puedan ser superados.
El Proyecto Armonía es además, una investigación sobre los efectos de la
música en el cerebro humano avalado por Northwestern University. ¿Puede la
música estrechar la brecha académica que existe entre los niños pobres y
aquellos con mejores oportunidades? Es la pregunta que se hace la investigadora
Nina Kraus y los resultados parecen confirmarlo. “La práctica de tocar un
instrumento musical no solo mejora el oído para la música, sino que mejora el
lenguaje”, son los resultados de este estudio nuevo publicado en Journal of
Neruosciences.
Los investigadores observaron, que los niños que toman lecciones de música
por dos años no solo adquieren destreza musical, sino, que mejoran su destreza
cerebral para el lenguaje, y, lo inusual es, que no se trata de resultados
obtenidos en un laboratorio. Si no sobre el terreno, en niños de escasos recursos. Son jóvenes que
provienen de familias disfuncionales y comunidades donde existe mucha violencia
y droga.
Para dejar evidencia médica de lo expresado, Kraus y cols. Colocaron
electrodos en la cabeza de los niños en estudio, registraron las ondas o
descargas eléctricas cerebrales bajo los efectos de la música, y definitivamente,
el cerebro del niño es diferente bajo sus efectos.
Debemos concluir, que no existen diferencias
entre el cerebro de un niño pobre y uno rico. La diferencia está en el estímulo
y la información que podamos aportarle en cada caso. Es la obligación de los
padres hacerlo. Y es obligación del Estado ofrecerles una educación integral
para satisfacer esas necesidades. En Nuestro medio, la música muy bien pudiera
ocupar un lugar especial en la tanda extendida extra curricular como un aporte
para ese desarrollo.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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