Si el niño llora, los padres deberán estar seguros que sus necesidades estén
cubiertas: que no esté enfermo, que no esté mojado o sucio, que esté en una
temperatura agradable, que no se sienta abandonado, que haya sido alimentado
etc., aún así, el niño pudiera seguir llorando y, en esas circunstancia, los
padres deberán estar ahí, apoyándole para que él sepa que no está solo.
El autor del artículo dice que el niño debe pasar las noches
amamantándose y durmiendo a ratos si lo desea, porque está diseñado para eso, y,
que debe permanecer en los brazos de su madre si persiste el llanto. Dice
además, que tratar de acostumbrar el niño a dormir la noche completa, es algo
que va en beneficio de los padres y no tanto del niño, que éste, no debe
estresarse, si deseamos que en el futuro
sea una persona estable y sin traumas.
Respeto esas opiniones, pero no las comparto. Si así fuera, todos los niños
deberían nacer por cesárea, así le evitaríamos a la madre y a su hijo el estrés
del parto, algo que para ambos es tan beneficioso y necesario. El niño, antes
de nacer, ya ha tenido que lidiar y salir airoso de su primer y gran estrés: el
trabajo de parto. Porque la vida sin estrés no existe. Lo que si debemos hacer
es, aprender a manejarlo, y salir gananciosos de la experiencia.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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