“Decidí tomar unas clases de
caligrafía, para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el
Serif y sans-Serif, sobre la variación del espacio entre las diferentes
combinaciones de letras, sobre qué hace extraordinaria la tipografía. Fue
hermoso. Histórico. Artísticamente sutil, de una manera que la ciencia no puede
capturar. Y, lo encontré fascinante. Nada de esto tenía una aplicación práctica
en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer
ordenador Macintosh, todo volvió a mí. Y lo incluimos en el diseño de Mac. Fue
la primera computadora con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese
único curso en la universidad, la Mac nunca tendría múltiples tipografías o
fuentes proporcionalmente espaciadas. Y, puesto que Windows copió la Mac, es
probable que ningún ordenador personal las tuviera”. Palabras de Steve Jobs a
un grupo de graduandos de la Universidad de Stanford, localizada en el mismo
centro de Silicon Valley.
He querido reproducir este discurso del CEO (Chief Executive Officer) de
Apple, uno de los más grandes y exitosos emprendedores e innovadores
tecnológicos, quien entendió, que la tecnología moderna, no puede sustituir la
educación tradicional que el niño debe recibir en sus primeros años de
estudios. Y así responder, a un señor que me escribió a raíz de mi escrito “La
Tecnología: Uso y Abuso”, diciéndome, que no importa que el niño no aprenda a
usar el lápiz, porque pronto, y debido a la tecnología, éste será una pieza de
museo.
Como ya hemos dicho, el ipad o tableta hace solo cinco años que apareció,
por lo tanto, se necesita más tiempo y acumular más evidencias para demostrar
que estos equipos al igual que el televisor son dañinos, cuando se abusa de
ellos. Si los padres los dan a sus hijos como si fueran un “bobo o chupete”
para que el niño se esté tranquilo.
La internet, y la tecnología de imágenes y comunicaciones, han sido un
avance enorme en los últimos tiempos. Pero su uso sin control en niños y
adolescentes, están dando manifestaciones preocupantes que los educadores ya están
señalando: son niños introvertidos, que no disfrutan la naturaleza y la
compañía de otros, que prefieren estar solos, que no miran a los ojos, que
están perdiendo destreza para usar el lápiz, que viven un mundo de fantasías. Son
niños, con tendencia a menospreciar a las personas que no entienden de
tecnología, porque sencillamente, fueron educados en otros tiempos.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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