Se acercan las vacaciones en los colegios y escuelas y se acerca el verano.
Esta vez, con una carga exagerada de calor y humedad, y es normal que los
padres inscriban a sus hijos en un campamento de verano, para que el niño ocupe
de una manera sana ese tiempo ocioso.
La actividad física en un ambiente caluroso y sin una buena hidratación,
puede llevar a cualquier persona, particularmente al niño a lo que conocemos
como “golpe de calor”, un estado que se caracteriza por: mareos,
desvanecimiento, temperatura sobre los 40 grados centígrados, pulso rápido y
débil, respiración difícil, pérdida de la conciencia y convulsiones. Si no se
descubre y no se trata a tiempo, puede llevar a la muerte. Los niños,
principalmente los sobre peso son los de mayor riesgo, y lo correcto es, no
tener que tratarlo, saber que se puede presentar, y tomar las medidas para
prevenirlo. En los casos menos severos, solo la mala hidratación es suficiente
para que el niño no se sienta a gusto, le duela la cabeza o pueda sentirse
confundido y con dificultad para pensar o concentrarse en las tareas que se le
asignan.
A pesar de lo esencial que es el agua, nuestro cuerpo no tiene la capacidad
de almacenarla, y muy al contrario, sin darnos cuenta perdemos dos litros y
medio de agua al día. 1, 500 ml por la orina, 150 ml por las heces fecales, 350
ml por el sudor y unos 500 ml por el solo hecho de respirar. Si al niño, que de
hecho vive en movimiento, se le exige en el campamento que duplique o triplique
su actividad física, los riesgos de deshidratación son muy altos si no se le
ofrece agua y otros líquidos en abundancia.
El agua, regula la temperatura de nuestro cuerpo, y humedece el aire que
respiramos, es un elemento esencial en la sangre para que ésta no se vuelva
espesa y pueda llevar el oxígeno y los nutrientes a los tejidos. Es esencial en
la producción del líquido céfalorraquídeo por el cerebro y en su
amortiguamiento en la bóveda craneana, y, es importante para nuestros sentidos.
Las ondas sonoras se transmiten a través de líquidos en nuestros oídos y la luz
se refleja a través de líquidos en nuestros ojos y, es el agua, la que mantiene
humedecidas todas las conjuntivas de nuestro cuerpo.
Podemos vivir un mes o quizás más tiempo sin alimentos, pero sin agua, solo
unos días. Así, que, a tomar agua que bastante calor está haciendo y hagamos un
hábito de eso. Tomemos agua aún sin tener sed. Y Si estamos en la palaya o en
la piscina, también ahí tomemos agua. No abusemos del alcohol y enseñemos una vida y alimentación sana a
nuestros niños. Y, si ya los anotamos en un campamento para este verano,
estemos atentos a que se mantengan bien hidratados.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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