lunes, 25 de mayo de 2015

Campamento de verano y el golpe de calor

Se acercan las vacaciones en los colegios y escuelas y se acerca el verano. Esta vez, con una carga exagerada de calor y humedad, y es normal que los padres inscriban a sus hijos en un campamento de verano, para que el niño ocupe de una manera sana ese tiempo ocioso.

La actividad física en un ambiente caluroso y sin una buena hidratación, puede llevar a cualquier persona, particularmente al niño a lo que conocemos como “golpe de calor”, un estado que se caracteriza por: mareos, desvanecimiento, temperatura sobre los 40 grados centígrados, pulso rápido y débil, respiración difícil, pérdida de la conciencia y convulsiones. Si no se descubre y no se trata a tiempo, puede llevar a la muerte. Los niños, principalmente los sobre peso son los de mayor riesgo, y lo correcto es, no tener que tratarlo, saber que se puede presentar, y tomar las medidas para prevenirlo. En los casos menos severos, solo la mala hidratación es suficiente para que el niño no se sienta a gusto, le duela la cabeza o pueda sentirse confundido y con dificultad para pensar o concentrarse en las tareas que se le asignan.

A pesar de lo esencial que es el agua, nuestro cuerpo no tiene la capacidad de almacenarla, y muy al contrario, sin darnos cuenta perdemos dos litros y medio de agua al día. 1, 500 ml por la orina, 150 ml por las heces fecales, 350 ml por el sudor y unos 500 ml por el solo hecho de respirar. Si al niño, que de hecho vive en movimiento, se le exige en el campamento que duplique o triplique su actividad física, los riesgos de deshidratación son muy altos si no se le ofrece agua y otros líquidos en abundancia.

El agua, regula la temperatura de nuestro cuerpo, y humedece el aire que respiramos, es un elemento esencial en la sangre para que ésta no se vuelva espesa y pueda llevar el oxígeno y los nutrientes a los tejidos. Es esencial en la producción del líquido céfalorraquídeo por el cerebro y en su amortiguamiento en la bóveda craneana, y, es importante para nuestros sentidos. Las ondas sonoras se transmiten a través de líquidos en nuestros oídos y la luz se refleja a través de líquidos en nuestros ojos y, es el agua, la que mantiene humedecidas todas las conjuntivas de nuestro cuerpo.

Podemos vivir un mes o quizás más tiempo sin alimentos, pero sin agua, solo unos días. Así, que, a tomar agua que bastante calor está haciendo y hagamos un hábito de eso. Tomemos agua aún sin tener sed. Y Si estamos en la palaya o en la piscina, también ahí tomemos agua. No abusemos del alcohol y  enseñemos una vida y alimentación sana a nuestros niños. Y, si ya los anotamos en un campamento para este verano, estemos atentos a que se mantengan bien hidratados.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana












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