Tradicionalmente se ha entendido, que los museos son un lugar exclusivo
para adultos, y no es verdad. En la actualidad, los museos, han creado
programas y horarios para niños desde muy temprana edad, y, en las sociedades y
países más avanzados, existen museos enteros para niños.
El museo del Prado en Madrid ofrece talleres infantiles y actividades con
los colegios los sábados, y organiza visitas didácticas e itinerarios
temáticos. El Museo del Arte Abstracto Español en la ciudad de Cuenca también
en España, ofrece un programa educativo para toda la familia; donde los
expertos enseñan al niño nuevas formas de entender las obras de arte.
En el año 1993, Méjico inauguró el
museo Papalote en el bosque de Chupaltepec diseñado para niños, y, en Bogotá,
existe el “Museo de los Niños” inaugurado en 1987 bajo el liderazgo del
presidente Belisario Betancourt con el apoyo de un grupo de empresarios
colombianos y dirigentes estatales, con el objetivo de educar al niño en la
apreciación, aprobación y valorización de la cultura científica a través de
experiencias para despertar el pensamiento creativo y crítico.
Las vacaciones de verano, el fin de semana o los días de asueto, son una buena oportunidad
para que los padres visiten los museos en compañía de sus hijos. Es una manera
inteligente de poner a prueba unas habilidades dormidas, que en el futuro
podrían ser determinantes en su desarrollo personal. En el museo, tendrán la
oportunidad de descubrir nuevos universos: Bailes, cuentos y cuentas, el
misterio de los sentidos, chocolatería y repostería, pequeños chefs,
alimentación saludable, física y botánica, manualidades, genética y multiculturalidad,
yo y mi otro yo, teatreando, Leonardo el pintor(Da Vinci), óptica y percepción,
el tránsito vehicular y sus leyes etc. etc.
Porque como afirma el reconocido educador y psicólogo de la Universidad de
Harvard, Howard Gardner: “No todos los seres humanos somos iguales, y, como no
somos iguales, no estamos obligados a aprender de la misma manera”. El que no
es bueno en matemáticas, puede ser excelente en pintura, y el que no es bueno
en escritura, pudiera ser el mejor en el deporte o un excelente ceramista.
Porque el ser humano posee múltiples inteligencias, pero para desarrollarlas, y
poder destacarse en una de ellas, debemos ofertar un abanico de oportunidades,
y la infancia es, la mejor etapa de la vida para hacerlo.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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