Foto © Juhan Sonin
La Tomografía Axial Computarizada (TAC) en la actualidad se está indicando menos en los niños que en la década pasada. Hay más conciencia de los riesgos que las radiaciones pueden producir, y los médicos, están indicando más la Resonancia Magnética (MRI) que usa un imán para la obtención de las imágenes y la ecografía o sonografía que usa el sonido para los mismos fines. Estas dos técnicas hasta ahora, no han sido asociadas a efectos adversos.
La afirmación de este cambio en la investigación diagnóstica aparece
publicada en la edición de septiembre/2015 de la revista Pediatrics online. “La
razón para éste cambio podría ser, un esfuerzo por limitar la exposición de los
niños a la radiación” (Michelle Parker, profesora asistente de pediatría de la
Universidad de Cincinnati, Ohio).
La TAC, es un estudio de imágenes que ha significado un gran avance en la
medicina moderna para el diagnóstico de lesiones que afectan los tejidos
blandos del cuerpo humano, entre estos, el cerebro. Pero, más de veinte años de
estudios en más de 178 mil niños y la colaboración científica entre el Reino
Unido y los EE.UU. han puesto en claro la duda que existía respecto a si los
escaners y su emisión de radiaciones tenían algún efecto nocivo en el ser
humano. Hoy se sabe, que el uso indiscriminado de tomografías cerebrales puede
triplicar el riesgo de leucemias y tumores cerebrales en el niño, y que a menor
edad y a más exposiciones, mayores son los riesgos.
En NEJM (New England Journal of
Medicine) del 2 de julio/2013 se leía éste titular “Radiation from Computed
Tomography Scans Increase Cancer Risk in Children”, o sea, “La Radiación de los
Escaners Tomográficos Incrementa los Riesgos de Cáncer en los Niños”,
señalando, que una TAC libera una dosis promedio de radiación de unos 2.34 mSv
(miliSieverts), equivalentes a unas 200 radiografías de tórax. Esa misma
publicación señalaba, que en una media de 9.5 años después de la exposición a
la TAC, la incidencia de cáncer fue un 24% más alta en los niños que habían
recibido radiaciones en relación con aquellos que nunca la recibieron.
Padres y médicos debemos estar
conscientes de que siempre que sea posible, deberíamos evitar la TAC. Que éste,
no es el procedimiento diagnóstico ideal en el niño pequeño, que cuando tenga
que usarse debemos valorar los riesgos- beneficios. Y, que estudios
tomográficos repetidos, pueden poner en riesgo la salud futura del niño.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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