Microbiota son los microorganismos que habitan en las distintas partes de
nuestro cuerpo; desde la piel, boca, nariz y los intestinos. Solo el intestino
humano alberga unos 100 trillones de microorganismos, entre estos, bacterias
que pertenecen a más de mil especies distintas.
Existe una relación entre la forma de nacer y el desarrollo de alergias
alimentarias. El niño que nace vía cesárea es más propenso a padecer alergias,
asma, rinitis y sobre peso, si lo comparamos con el niño que nació por la vía
natural del parto. Esta vía, estimula el sistema inmunológico del niño
proporcionándole un efecto protector duradero.
El feto en el útero materno está en un ambiente estéril. Durante el trabajo
de parto, a medida que el niño avanza para salir del canal, va tragando los
microorganismos que componen la flora vaginal de su madre. Y, su piel al mismo
tiempo, se va impregnando de esas bacterias cada vez que se producen las
contracciones o “dolores del parto”. Esto no sucede con la cesárea.
Estos microorganismos, despiertan y estimulan el sistema inmunológico del
recién nacido de tal manera, que cuando crece, y empieza a ponerse en contacto
con una serie de alimentos potencialmente alérgicos, como la leche de vaca,
pescado, frutas y frutos secos, su organismo estará entrenado y no reaccionará
de una manera exagerada para protegerse de sustancias que en realidad no son
perjudiciales; es decir, tendrá menos probabilidades de desarrollar una alergia
alimentaria o anafilaxia que aveces pueden ser mortales.
La cesárea, es una operación salvadora solo cuando permitir el parto pone
en riesgo la vida de la madre y/o el niño. Esta operación hecha sin una
indicación precisa, añade una carga enorme de morbilidad y hasta de muerte, que
es responsabilidad del médico evitar.
En otras latitudes y sociedades más avanzadas, donde estos conceptos están
bien definidos, y los médicos reciben unos honorarios justos por su trabajo, cuando se ven obligados a
realizar la cesárea, colocan una compresa en el canal vaginal de la madre
mientras realizan la operación, para que ésta se impregne de sus fluidos y con
ella una vez nace el bebé, humedecen su piel para ayudarle de esta manera a
iniciar un mejor desarrollo de su sistema inmune. También de inmediato, inician
la lactancia materna, que es una manera natural de colonizar con bacterias
beneficiosas el intestino del recién nacido. Además, prefieren no bañar en sus
primeras horas al niño, cosa que acá hacemos casi siempre, para llevárselo “limpiecito
y bonito” a sus padres.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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