miércoles, 20 de septiembre de 2017

La escuela y la educación sexual

El embarazo y las enfermedades de transmisión sexual en adolescentes aumentan cada día en nuestro país. Cada día tenemos más niños sin padres, porque un adolescente no tiene la madurez para ser padre o madre. Y, dado el vacío de conocimientos que tienen nuestras familias sobre el tema, la escuela y el colegio deben llenar ese vacío. La educación sexual, debe ser  parte importante de una verdadera revolución educativa, eficaz y permanente. Promovida desde el gobierno central  y la colaboración de todos los sectores organizados de la sociedad. Una revolución donde el joven adquiera los conocimientos y entienda los riesgos de una actividad sexual a destiempo, y, donde tenga acceso al uso responsable de los distintos métodos anticonceptivos. Porque cuando las hormonas se revoltean y las ganas se juntan, la relación sexual es inevitable, y si es inevitable, es mejor que sea segura.

Para el año 2010 la R.D. tenía cerca de 10 millones de habitantes, donde la proporción de edad entre
0-17 años constituía el 36% equivalente a unos 3.6 millones niños y adolescentes, en su mayoría, con escasa o ninguna educación sexual. ¿Ha mejorado la situación con el tiempo? Creo que no. Pienso, que más bien ha empeorado.

Según estudios a nivel global, el Caribe es la región después del África subsahariana más afectada por la epidemia VIH/SIDA. Enfermedad que en nuestro país se adquiere fundamentalmente por vía sexual. Para el año 2010 en los registros del Instituto Dermatológico Dominicano doctor “Huberto Bogaert Díaz “, el 23% de los casos de enfermedades de transmisión sexual correspondían a menores de 19 años. Y, para ese mismo año, el 21% de las adolescentes entre 15-19 años de edad ya estuvo embarazada y en algunos casos por más de tres ocasiones (Endesa/2013). A todo este panorama, tendríamos que agregar los femenicidios, cuyo incremento en nuestro país, entre otras causas se debe a la deficiente o inexistente educación sexual de nuestra población. 

Los expertos en estos temas son categóricos al afirmar, que los jóvenes que reciben una buena educación sexual y tienen acceso al uso responsable de los anticonceptivos, previenen mejor las enfermedades y el embarazo no deseado, tardan más en iniciarse sexualmente, no malogran sus estudios, disfrutan de una mejor salud orgánica y psicológica, y son más honestos al tratar estos asuntos con el médico, sus padres y educadores.

Permanecer de espaldas al conocimiento y a la prevención en salud, desconocer el valor de la educación sexual y de la consejería anticonceptiva seria es, exponerse a riesgos muy costosos e innecesarios. Es un camino expedito para seguir siendo una sociedad en retroceso.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

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