No nos vamos a
cansar de repetir que la leche materna es el alimento más sabio y completo para
el niño en su primer año de vida. Esta leche, tiene grandes cantidades de
ácidos grasos saturados necesarios para la función y desarrollo del cerebro
humano.
Si bien las
almendras son una buena fuente de proteínas, la “leche” de almendra no lo es. Los
padres que decidan alimentar a sus hijos con esta “leche” deberán suplementar las grasas, proteínas,
minerales y calcio que el niño debe ingerir a diario después del destete que le
garantice un desarrollo óseo, dental, oftalmológico y cerebral adecuado.
La leche de
vaca la usa el ser humano hace 7, 500 años (University College of London), es
un producto que garantiza al niño, buena cantidad de minerales, grasa,
proteínas y la lactosa, carbohidrato que no existe en las “leches” vegetales y que
favorece la absorción de calcio por el intestino. Una taza de leche de vaca
suministra: 150 calorías, 12 gramos de carbohidratos (lactosa), 8 gramos de
grasa y 8 gramos de proteína. Una taza de “leche” de almendra proporciona entre
30-50 calorías, 1 gramo de carbohidratos, 3 gramos de grasa y 1 gramo de
proteínas. Si usted, por sus convicciones o porque es vegano decide usar una
“leche” vegetal, tenga en cuenta suplementar a su hijo con los elementos que estas
“leches” no pueden proporcionar adecuadamente. La leche de vaca no la
recomendamos en los primeros meses de vida del niño, y, ésta como las
vegetales, pueden producir alergia a sus proteínas.
El 60% de la
estructura de nuestro cerebro es grasa. Esta, es fuente de energía y la
responsable de la absorción de las vitaminas A, D, E y K que son solubles en grasa
y esenciales en la producción y función de los neurotransmisores y la
regulación de nuestro sistema inmune. Se nos ha dicho que hay grasas buenas que
son las vegetales y grasas malas que son las de origen animal, asunto hoy en
discusión, y de lo que no existen evidencias científicas claras y definitivas.
Sería interesante documentar, si fuese
posible, la frecuencia de enfermedad coronaria en nuestro país en los años que
nuestros padres y abuelos se alimentaban con manteca de cerdo, y la frecuencia
de la enfermedad coronaria a partir de los años 60 hasta hoy cuando comenzamos a alimentarnos con
aceites vegetales. Sería interesante.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Meonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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