miércoles, 9 de enero de 2019

La rabia humana: un indicador de pobreza, ignorancia e ineficiencia sanitaria


En nuestra América, tenemos el conocimiento y las herramientas necesarias para la eliminación de la rabia humana, al menos la transmitida por los animales domésticos. No había finalizado la primera semana del nuevo año, y ya teníamos reportes del fallecimiento de tres niños por rabia en nuestro país. ¿Por qué? Porque no ha existido ni existe la voluntad política para evitarlo.

Una vez que aparecen los primeros síntomas, la rabia es mortal en el 100% de los casos. Por lo tanto, lo más importante es prevenirla. Es una enfermedad infecciosa viral que ataca al sistema nervioso central,  que la puede transmitir cualquier animal por mordedura a través de su saliva: gatos, perros, hurón, murciélagos y otros. ¿Por qué afirmamos que es una enfermedad de la pobreza, la ignorancia y la ineficiencia  sanitaria?  Porque en los países con eficientes sistemas de salud humana y animal, los pocos casos de rabia humana se adquieren por animales salvajes. En nuestro país,  la mayoría de los casos se producen por la mordedura de animales domésticos.

La rabia puede prevenirse con un buen control de los animales domésticos, lavando las heridas con abundante agua y jabón inmediatamente después de producida la mordedura. Con la inmunización pasiva de la inyección de inmunoglobulina humana antirrábica y la administración intramuscular de 4 dosis de la vacuna por los siguientes 14 días.

Si una persona es mordida por un animal domestico que está en salud y vacunado, éste animal no debe ser sacrificado, deberá ponerse en observación, reportar el caso al centro sanitario correspondiente y observar si apareciera algún cambio en su conducta. Aún en estos casos, si las heridas se produjeron en la cara, el cráneo o el cuello, la vacunación deberá ponerse de inmediato, porque la rabia se puede adquirir antes de que aparezcan los síntomas en el animal por la cercanía de las heridas con el cerebro de la persona atacada.  

En un eficiente sistema sanitario, se mantiene un buen control y vacunación sobre la población animal, bien informada a la población, y los casos de rabia humana son muy limitados. Lamentablemente en nuestro país no es así, y lo que parece es que estamos viviendo la realidad sanitaria propia de los inicios del siglo pasado.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.

















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