En nuestra
América, tenemos el conocimiento y las herramientas necesarias para la eliminación
de la rabia humana, al menos la transmitida por los animales domésticos. No había
finalizado la primera semana del nuevo año, y ya teníamos reportes del
fallecimiento de tres niños por rabia en nuestro país. ¿Por qué? Porque no ha
existido ni existe la voluntad política para evitarlo.
Una vez que
aparecen los primeros síntomas, la rabia es mortal en el 100% de los casos. Por
lo tanto, lo más importante es prevenirla. Es una enfermedad infecciosa viral
que ataca al sistema nervioso central, que
la puede transmitir cualquier animal por mordedura a través de su saliva:
gatos, perros, hurón, murciélagos y otros. ¿Por qué afirmamos que es una
enfermedad de la pobreza, la ignorancia y la ineficiencia sanitaria?
Porque en los países con eficientes sistemas de salud humana y animal, los
pocos casos de rabia humana se adquieren por animales salvajes. En nuestro
país, la mayoría de los casos se
producen por la mordedura de animales domésticos.
La rabia puede
prevenirse con un buen control de los animales domésticos, lavando las heridas
con abundante agua y jabón inmediatamente después de producida la mordedura.
Con la inmunización pasiva de la inyección de inmunoglobulina humana
antirrábica y la administración intramuscular de 4 dosis de la vacuna por los
siguientes 14 días.
Si una persona
es mordida por un animal domestico que está en salud y vacunado, éste animal no
debe ser sacrificado, deberá ponerse en observación, reportar el caso al centro
sanitario correspondiente y observar si apareciera algún cambio en su conducta.
Aún en estos casos, si las heridas se produjeron en la cara, el cráneo o el
cuello, la vacunación deberá ponerse de inmediato, porque la rabia se puede
adquirir antes de que aparezcan los síntomas en el animal por la cercanía de las
heridas con el cerebro de la persona atacada.
En un eficiente
sistema sanitario, se mantiene un buen control y vacunación sobre la población animal, bien
informada a la población, y los casos de rabia humana son muy limitados.
Lamentablemente en nuestro país no es así, y lo que parece es que estamos
viviendo la realidad sanitaria propia de los inicios del siglo pasado.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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