Mucha gente cree que desde que se vacunó contra COVID-19 quedó protegido contra esa enfermedad, y no es así. Se necesitará que pase un tiempo que puede ser de cuatro, ocho o doce semanas cuando se recibirá la segunda dosis (dependiendo de la marca) para que se produzca la inmunización. Y, aun así, la protección va a depender de la respuesta particular de cada quien y de la cobertura de la vacuna recibida. Debemos saber también, que independientemente de la cobertura que tengan las vacunas, a mayor número de vacunados, mayor será la protección o inmunización de la población general y, que hasta que los científicos no nos digan por cuánto tiempo estaremos protegidos por las nuevas vacunas, deberemos mantener las medidas que conocemos para no contagiarnos.
Y, ¿Cuál es la mejor
vacuna? La mejor de las vacunas es la que se disponga en estos momentos. Unas
cubren hasta un 95% y otra un 52%. Sin embargo, estudios realizados por
científicos en Brasil en más de 12 mil trabajadores de la salud expuestos al
virus por la naturaleza misma de su trabajo, que fueron vacunados con una
vacuna cuya cobertura estaba en el 50.3%, encontraron, que los que se
contagiaron y que previamente habían sido vacunados, ninguno falleció, nadie se
complicó ni precisó de cuidados especiales.
Este es un virus nuevo del
que todos estamos aprendiendo. Los científicos no saben cuánto tiempo durará la
inmunidad en la persona que se infectó y que superó la enfermedad, ni tampoco saben
cuánto tiempo estaremos inmunizados una vez que se ha recibido la vacuna. Hay
virus como el de la varicela que una vez que se nos vacuna o padecemos la
enfermedad, nos inmunizamos de por vida, igual pasa cuando nos vacunamos contra
la fiebre amarilla. Sin embargo, al niño que vacunamos contra la difteria, el
tétano, la tosferina y otras tantas enfermedades, en los primeros 18 meses de
vida debemos ponerle hasta cuatro dosis de las mismas vacunas y seguir con
refuerzos sucesivos si queremos alcanzar unos buenos niveles de inmunización.
Hay que esperar, hay que aprender de la historia natural de este nuevo virus y de las vacunas que se están aplicando para detenerlo. El futuro parece ser muy prometedor, pero antes, debemos dejarnos guiar por la ciencia y, hacer caso omiso de tanta especulación y tantas opiniones infundadas.
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