¡¡Qué difícil ha sido para nuestras autoridades
sanitarias la prevención!!
Citaré el caso de un niño de 12 años que llegó a mi
consulta porque había sufrido un “pequeño desmayo” mientras jugaba futbol en su
colegio. Al examen físico, es un niño sano y lleno de vitalidad, sus análisis
fueron normales al igual que su historia clínica, excepto que un tío había
fallecido muy joven por algo que pareció haber sido un infarto al corazón. En
este niño, su ecocardiograma mostró un discreto engrosamiento del músculo cardíaco.
Más adelante se supo que en esa familia existía una anomalía cardíaca
hereditaria conocida como miocardiopatía hipertrófica, y que nadie conocía de su
existencia.
La miocardiopatía hipertrófica (agrandamiento del músculo
cardíaco) es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por un crecimiento
anormal del músculo cardiaco, que es más frecuente de lo que se cree y que, debido
a que jóvenes atletas han fallecido repentinamente debido a este problema, se
le ha llamado “enfermedad de los atletas”, pero lo cierto es, que puede afectar
a hombres, mujeres y niños de todas las edades. Y que se puede prevenir
haciendo una evaluación de rutina a todos los niños, aunque nos parezcan sanos, y
evaluando bien de cerca y dando consejería genética a aquellas familias con
historia de muerte súbita o enfermedad cardiaca como la que hemos citado.
A todos los niños
en su primer año de vida, además del seguimiento de rutina: medición de la
estatura, de su cabeza, del peso, vacunas y cambios en la alimentación, es
necesario hacer algunos tamizajes para prevenir enfermedades y asegurarles su
salud y bienestar.
En ese primer año
y desde recién nacido le pedimos las emisiones otoacústicas para saber si el niño
oye, evaluación ocular y fondo de ojo que nos dirá que el niño ve, y una
evaluación cardiovascular para ver el músculo cardiaco, cómo se llenan y vacían
sus cavidades y saber que su corazón está sano. Y, repetir esta evaluación
antes de iniciar una actividad física que demande un esfuerzo mayor, porque hay
enfermedades cardíacas que no dan síntomas en condiciones de mínimo esfuerzo. Referimos
al niño al odontopediatra desde que aparecen sus dientes de leche y seguirlo
con el diente permanente. ¿No es más fácil evitar las caries que curarlas? ¿Por
qué se nos hace tan difícil prevenir?
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
Republica Dominicana.
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