La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser
producida por virus y otros patógenos. Conocemos en la actualidad la hepatitis
A, la B, la C, la D y la E. Producidas por virus conocidos con esas letras. Sin
embargo, recientemente, se ha notificado en Europa y los EE.UU. un tipo de
hepatitis infantil, aguda y severa que ha necesitado de trasplante de hígado en
edades desde recién nacidos hasta los 18 años, que no corresponde a los tipos de virus que conocemos, y de
ahí la gran preocupación.
Después de la aparición de las vacunas contra la
hepatitis A y B, las mejoras de las condiciones de higiene y salubridad de los
pueblos, mejor acceso al agua potable y el tamizaje de la sangre donada para
las transfusiones, hoy, hay menos casos de hepatitis que en el siglo pasado. Pero
hay que estar alertas, porque las hepatitis, también son adquiridas por transmisión
sexual, por pinchazos con jeringuillas y porque quizás nuevas variantes de
virus conocidos, pudieran estar debutando con mayor predilección y
patogenicidad a nivel hepático a temprana edad.
La población no debe alarmarse por los casos de hepatitis
infantil aguda que la semana pasada ya sumaban 169. Sin embargo, padres,
pediatras y autoridades sanitarias debemos estar muy alertas, porque el brote
que se conoce en otros países, aunque no se ha asociado a transmisión por
viajes, podría aparecer en cualquier otro país incluyendo en nuestro.
La nueva hepatitis infantil, se ha asociado a un virus conocido,
el Adenovirus, subtipo 41, asunto que está en estudio. Y no se relaciona con la
vacuna contra COVID-19, pues la gran mayoría de estos niños no estaban
vacunados contra esta enfermedad.
Quede claro, que la causa de esta hepatitis no se conoce
todavía, que se debe reforzar el sistema de vigilancia epidemiológica, que solo
los niños con alguna
enfermedad deberán quedarse en casa, que escuelas, colegios y las familias
deben reforzar las medidas de higiene. Que el programa de vacunación debe
cumplirse en todos los niños, porque “TODAS LAS VACUNAS SON NECESARIAS”,
incluyendo las vacunas contra hepatitis A y B, que deben estar disponibles en
todos los centros de Salud Pública del país. Y recordar, que la vacuna de la
hepatitis B, protege contra la hepatitis D, la cirrosis y el cáncer de hígado
que ambas hepatitis pueden producir.
Marcos Díaz Guillen
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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