Con la experiencia de una pandemia que todavía nos afecta
y la triste realidad de un mundo en conflicto, la inflación está afectando a
todos, no solo a nosotros. Pero hay que aclarar que los países que más alta
inflación registran, son aquellos que, no han tenido la responsabilidad de
enfrentar la situación y que hacen un uso irresponsable de sus recursos.
En nuestro país, la mayoría de las personas tienen
salarios muy bajos, existe mucho desempleo, y los que tienen, al menos una mala
alimentación, en la actualidad corren el riesgo de perderla. En medio de esta
realidad están nuestros niños, sin una alimentación que les proporcione las
calorías, proteínas, minerales y micronutrientes necesarios para alcanzar un
adecuado desarrollo físico y cognitivo. Así, no hay país que pueda alcanzar el
desarrollo, aunque proclame que está en esa vía.
“Una nutrición deficiente, va a producir retraso del
crecimiento infantil, que es uno de los obstáculos más significativos para el
desarrollo humano. El retraso del crecimiento es en gran medida irreversible y la
causa de brotes de infecciones repetidas. La mala nutrición atrasa el
desarrollo físico y cognitivo, reduce la capacidad productiva y aumenta los
riesgos de sufrir enfermedades degenerativas a más largo plazo” (OMS).
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
un organismo de la ONU con sede en Santiago de Chile, reportó una inflación
general de 7.2% en nuestra región en el año 2021 sin contar los países con inflación crónica como
Argentina, Haití, Surinam y Venezuela. Y nuestro Banco Central informó, que la
inflación interanual en República Dominicana medida desde enero 2021 hasta
enero 2022 se colocó en 8.7%.
Ante esta realidad, es deber del Estado, de sus
autoridades y del país, hacer las previsiones para que la inflación que hace
cada día más pobre a la población, repercuta lo menos negativamente en la
alimentación y salud de nuestras mujeres embarazadas y en la salud y bienestar
de nuestros niños.
El Estado tiene la obligación de velar porque los niños puedan seguir en las
aulas, con un buen desayuno y almuerzo escolar y docentes de calidad; proporcionándoles
la alimentación y educación que el hogar no les puede dar. El país tiene que
entender, que no puede haber desarrollo si seguimos por más tiempo en el clientelismo
partidario, la improvisación y el despilfarro de siempre.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominnicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario