Va de
la mano de la indiferencia de las autoridades gubernamentales, que a nuestros
niños se les “prepare “para ser vendidos.
Un
abuso infantil que preocupa a unos pocos: al Dr. Elbi Morla que, como pediatra
endocrinólogo recibe a estos niños enfermos y minusválidos. Al Dr. Milton
Pinedo experto en antidoping, a la Dra. Laura Pinedo actual presidente de la
Agencia Nacional Anti Dopaje del país, al periodista Nathanael Pérez Neró a
quien se le está secando el tintero de tanto escribir del tema, al Lic. Marcos
Díaz dirigente internacional de la lucha contra el dopaje en el deporte y a
algunos idealistas más que creemos que sí se puede cambiar el rumbo.
Se ha
dicho que, los padres son los responsables. Porque son los que están pidiendo
los esteroides anabólicos y otras drogas, para acelerar el rendimiento de sus
hijos. Y es verdad, como es verdad que también esos padres, son víctimas del
sistema de desigualdad e injusticia que vivimos. Una población mayoritaria en un
desamparo tal, que han llegado a creerse que sus hijos los van a sacar de la
miseria. Personas que, si llegan a necesitar de una medicación con algún valor
económico o una cirugía de cierta complejidad tienen que recurrir a la limosna.
¿Por
qué las autoridades gubernamentales no han podido disponer de una regulación y
supervisión de los “entrenadores “que preparan a nuestros niños en las
academias reconocidas y no han podido clausurar las clandestinas? Porque no existe la voluntad política para
hacerlo.
Este
noviembre, 2024 le tocó a Ismael Ureña Pérez un jovencito de 14 años que murió
cuando apenas empezaba a vivir y a dos de sus hermanos de los que no sabemos
cuál será el futuro de su salud. Pero en mayo 2023 la víctima de ese negocio
fue el menor de edad Joel David Ortiz también dopado, quien se está dializando
tres veces a la semana víctima de un entrenador que tiene licencia para
destruir familias y matar niños. Joel espera para un trasplante que, de
alcanzarlo, dependerá probablemente de la caridad o ayuda de algún empresario.
Como sociedad, estamos viviendo con miedo a la
verdad y en una cultura de simulación y trampa. El dopaje en el deporte es
trampa, para sacar ventaja, que trae consigo frustración, enfermedad y muerte. No
es posible seguir viviendo en esta realidad. Ni depender de dirigentes que se
limitan a reaccionar cuando se descubre un escándalo. Para seguir haciendo
nada.
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