¿Por qué los adolescentes o "teenagers" actúan como si fueran unos loquitos?
¿Acaso no actuábamos de la misma manera hace tiempo los adultos de ahora?
“La adolescencia en nuestra cultura es sinónimo de riesgo y de todo tipo
raro de comportamiento. Y, hasta hace poco, la explicación más aceptada era la
psicológica”. Es decir, que todo se explicaba, por algún trastorno en ese orden
(Richard A. Freidman, profesor de siquiatría clínica y director de
psicofarmacología en Weill Cornell Medical College. Resumen de su trabajo, en
publicación del New York Times, 28 de junio, 2014).
“Y es que existe un lado oscuro o poco conocido de la adolescencia, hasta
ahora poco atendido, que se relaciona con el desarrollo del cerebro humano, que
hace que el teenager y el adolescente, experimenten más miedos y ansiedades.
Existen áreas y circuitos en nuestro cerebro cuya maduración se produce en momentos
distintos y que influyen en el procesamiento de los miedos”. Quiere esto decir,
que el adolescente tiene un cerebro cuyas conexiones incrementan sus
capacidades para favorecer la aparición del miedo y la ansiedad y un menor
desarrollo en lo relativo al razonamiento y la reflexión.
Sorprende el hecho, que los adolescentes, teniendo aumentada su capacidad
hacia los miedos, sin embargo, sean propensos a buscar el peligro y a ser
seducidos por el riesgo y las sustancias prohibidas. En parte se debe a que su
“centro de reforzamiento cerebral”, así como su “circuito del miedo”, maduran
más temprano que su corteza cerebral, favoreciendo esa conducta. Esta paradoja
de su comportamiento, explica el hecho de que el adolescente se exponga más, y,
a la vez, sea más vulnerable. Y, explicaría por qué en ellos, sean más
frecuentes las muertes por accidentes, los homicidios y los suicidios.
En el estudio “Bilogical Substrate of Emotional Reactivity and Regulation
in Adolescence During an Emotional go-no go task”, usando imágenes de
resonancia magnética cerebral, los investigadores del Colegio Médico de Cornell
y la Universidad de Stanford encontraron, que cuando los adolescentes son
sometidos al miedo, tienen una respuesta exagerada en la amígdala cerebral,
diferente a los niños y adultos. Todo parece indicar, que su comportamiento
podría ser el resultado de los cambios estructurales que se están produciendo
en esa etapa de su desarrollo cerebral, más que a un desorden psicológico.
Por lo tanto, el adolescente, necesitará de un ambiente que le favorezca para
poder alcanzar una adecuada madurez. Necesitará, de la vigilancia, orientación y
supervisión responsable de sus padres. Aunque la realidad es, que hay muchos
padres, que adolecen de tantas cosas, que parecería que se han quedado varados
en su propia adolescencia, aunque hayan alcanzado los 60.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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