Ningún medicamento es inocuo por muy inofensivo que parezca.
De ahí que la regla de oro en el ejercicio de una buena medicina, y en la cotidianidad del día a día, es usar la menor cantidad de medicamentos posible y solo cuando haya una indicación médica que lo justifique.
El acetaminofén existe en nuestro medio en su forma genérica y en
centenares de marcas comerciales, y muchos adultos lo usan en ellos y en sus hijos
de una manera alegre desconociendo que dicho medicamento puede ser toxico y
hasta mortal en algunas circunstancias.
El acetaminofén puede producir daño al hígado a través de la producción de
un metabolito tóxico que el cuerpo normalmente puede eliminar, pero cuando se
usan dosis altas por tiempo prolongado, la cantidad de ese metabolito se
acumula y ataca al tejido hepático. Esto puede darse en niños pequeños que
están tomando acetaminofen para la fiebre y que al mismo tiempo se le administra
otro jarabe entre cuyos componentes también está el acetaminofen. Se da en personas que toman alcohol con
cierta frecuencia y que usan acetaminofén en dosis altas para aliviar la
cefalea y el malestar que produce la “resaca alcohólica”.
Los signos y síntomas de la enfermedad hepática por acetaminofén son: piel
y ojos amarillos (ictericia), orina oscura, heces blancas, nausea, vómitos y
pérdida del apetito. En otras ocasiones, los síntomas pueden pasar
desapercibidos como si se tratara de una simple gripe, y, en los casos más
severos de disfunción hepática hay confusión mental, coma y muerte.
Hay personas, entre estas, algunos niños, que parecen tener una
predisposición a la toxicidad hepática inducida por el acetaminofen. Es por
ello que los padres deben dejar a un lado la práctica de usar este medicamento
en casos que muy bien pudieran manejarse
por medios simples como una buena
hidratación o baños de agua fresca. Recordándoles, que deben leer bien las
etiquetas y ajustarse a las dosis que el médico indicó, que no cometan el error
de multiplicar las dosis usando acetaminofen oral y agregar otro jarabe que
también tiene ese producto en su formula. Sepan que las gotas infantiles de
acetaminofen son tres veces más concentradas que la suspensión para niños, por
lo que deben estar seguros, que su hijo está recibiendo formula de acetaminofen
para niño y que su bebé está recibiendo formula de ese medicamento para bebés.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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