miércoles, 7 de septiembre de 2016

Primeras Señales del Niño Autista

Las "primeras señales" de autismo se ven cuando el niño alcanza los 2 y 3 años de edad, etapa en la que habitualmente hacemos el diagnostico del Trastorno del Espectro Autista (TEA).  Sin embargo, el pediatra, como médico de atención primaria, debe estar en capacidad de identificar las señales de alerta desde las primeras semanas de edad del niño. 
  • No establece una adecuada conexión visual con su madre
  • Cuando debiera balbucear no lo hace o lo hace en un tono raro
  • Reacciona de una manera inusual a la luz o al sonido
  • Se irrita facilmente y es difícil calmarlo
  • Es incapaz de decir adiós con sus manos cuando otros niños lo hacen
  • Es incapaz de pedir un objeto señalándolo
  • No responde a su nombre cuando se le llama 
Estos signos tempranos, refiriendome al niño autista, puesto que el TEA abarca muchos trastornos del neurodesarrollo y del comportamiento, nos indican que no es necesario esperar a los dos o tres años para pensar en TEA. 

Hace una o dos décadas había un caso por cada 350 niños, hoy hay un niño autista por cada 70 nacidos, al menos en los EE.UU.  En nuestro país no conocemos las estadísticas, pero no hay dudas que cada día aumentan.  No es que la frecuencia sea mayor, sino que ahora se diagnostica más que antes, gracias al seguimiento del niño sano en la consulta pediátrica.

Las preocupaciones de los padres respecto al desarrollo de sus hijos deben ser tomadas muy en serio por el pediatra, quien debe aprovechar cualquier visita rutinaria y preguntar sobre sus inquietudes. Porque cerca del 60% de los niños que diagnosticamos con TEA, son los padres los primeros en sospechar el problema en comparación con los profesionales de la salud y del sector educativo.

Los pediatras sabemos, que la genética y el medio ambiente juegan un rol importante en el TEA, reconociendo que este trastorno es más frecuente en el niño cuyo hermano ha sido diagnosticado, si en los  padres hay un historial de enfermedad siquiátrica, psicosis o trastornos afectivos, si en el embarazo se abusó del alcohol o alguna otra droga, si el niño fue de bajo peso al nacer o si nació por cesárea programada antes del término.

El diagnóstico e intervención temprana de esta condición es nuestra responsabilidad si deseamos alcanzar un futuro más digno para el niño autista y su familia.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

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