El acceso a la ciencia y sus beneficios, es un derecho ignorado. Un
artículo en “Science” reivindica que se consolide el derecho humano al acceso a
la ciencia y sus innovaciones, auspiciado por la ONU desde 1966.
“La ciencia no es gente en bata blanca metida en un laboratorio
descubriendo cosas de utilidad confusa”. La ciencia es, medicamentos nuevos
para “enfermedades desatendidas y olvidadas” como la enfermedad de Chagas, que
infecta y mata a millones de niños y adultos en las zonas más empobrecidas del
mundo.
“La ciencia es electricidad para rescatar nuestras vidas de las tinieblas,
es agua potable y saneamiento para evitar enfermedades, es hacer el mundo más
comprensible, es salvar al medio
ambiente y a las especies en extinción, es lograr que todos los seres humanos
puedan alimentarse dignamente, es poner el conocimiento al servicio de las
personas”.
Pero a los gobiernos y estados que firman compromisos y acuerdos
continuamente, no les importa hacerlo, porque saben que no es su convicción
cumplirlos.
La carta internacional de los derechos humanos de la ONU en su artículo 15
y desde el año 1966 reconoce el “pacto internacional de los derechos
económicos, sociales y culturales”, firmado por 160 países. Reconocen el
derecho de las personas a gozar de los beneficios del progreso científico y sus
aplicaciones, pero no lo cumplen.
“Se reconoce que aplicar este derecho humano es muy complejo, es una
batalla que en ocasiones enfrenta a gobiernos y transnacionales por patentes de
medicamentos. Lo que llevó al controversial Aaron Swartz, a verse acosado por
las autoridades de los EE.UU”, el país más influyente en el seno de las Naciones
Unidas. Porque como decía Andre Gide: “Ya todas las cosas están dichas, pero
como nadie escucha, hay que volver a comenzar continuamente”. Por eso estos
comentarios en un blog pediátrico de vez en cuando, para aquellos que no se lo explican.
El acceso a la ciencia y sus beneficios es solo uno de los derechos humanos
ignorados, derechos que ni los países que los reconocen
desean cumplir. Es el germen de la violencia global actual, la nueva “tercera
guerra mundial” de que nos habla el papa Francisco.
FUENTE: El País, España. Materia: ciencia, salud, tecnología y medio
ambiente. Comentarios de
Javier Salas, 15 de junio/2013.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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