Desde los
inicios de los años 70´s se conocen los efectos del alcohol sobre el feto con
la publicación del síndrome alcohólico fetal: Niños con cabezas pequeñas,
frente amplia, nariz corta, ojos parecidos a los del síndrome de Down y un
hallazgo constante: el retraso mental.
Por otra parte,
hasta la fecha no conocíamos estudios sobre el efecto del alcohol después del
nacimiento si la madre lo ingiere en el período de amamantamiento. Incluso, se
aceptaba que el consumo limitado de alcohol era compatible con la lactancia
materna.
Gibson y
Porter autoras de un interesante e importante estudio encontraron una
asociación entre el consumo de alcohol por la madre que amamanta y efectos
negativos en el desarrollo, con deficiencias en la habilidad para el
razonamiento abstracto cuando el niño alcanza los 6 a 7 años. Estos hallazgos
no sorprenden si tomamos en cuenta los efectos dañinos que puede producir el
alcohol en un cerebro en rápido desarrollo y, por el hecho de que la
concentración de alcohol en la leche materna, es la misma que la de la sangre
de la madre 30 a 60 minutos después de haberlo ingerido y, porque el lactante
metaboliza el alcohol con mucho más lentitud que el adulto.
“No hay
razones para pensar que los daños del alcohol se limitan solo al periodo
prenatal si consideramos modelos animales que expuestos a sus efectos,
desarrollan cambios cerebrales cognitivos y del comportamiento”.
Así como
desconocemos cuál es la concentración de alcohol capaz de producir el síndrome
alcohólico fetal, tampoco sabemos cuál es la cantidad mínima que va a producir
daños cerebrales en el niño cuya madre toma alcohol mientras lo amamanta.
Entonces, la recomendación es, que la mujer no tome ninguna cantidad de alcohol
si está embarazada o si esta lactando.
Esta
recomendación parecería no tener sentido en un país donde solo 4 a 5 madres de 100 amamantan a su hijos.
Pero, debemos ser optimistas y pensar que éste panorama deberá cambiar. Y, si
no cambia, vaya el mensaje y nuestro aplauso a las madres que obviando todos
los obstáculos que nuestro medio les ofrece, deciden amamantar a sus hijos.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
REFERENCIA: Pediatrics, August/2018, Volume 142/ISSUE 2
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