miércoles, 10 de octubre de 2018

Efecto invernadero y calentamiento global: su impacto en la salud infantil


El efecto invernadero es la retención del calor del sol en la atmósfera de la tierra debido a la capa de gases que hay en dicha atmósfera. Si no fuera así, la vida en la tierra no fuera como la conocemos, pues el planeta se habría enfriado tanto que resultaría invivible. Se le ha llamado así, recordando el efecto de la radiación solar que al pasar a través de un cristal retiene el calor dentro de un invernadero. Este fenómeno que es normal en nuestro planeta, el hombre lo ha desequilibrado con el uso indiscriminado de los combustibles fósiles (petróleo), la industrialización y la deforestación. Se ha acumulado una gran masa de gases en la atmosfera que ha llevado a un calentamiento que hoy se manifiesta con grandes sequías, aguaceros torrenciales, huracanes, inundaciones, tifones y monzones de magnitud y frecuencia nunca antes vistos.

La OMS afirma, que más del 88% de la carga de morbilidad atribuible al cambio climático se da en niños menores de 5 años. Y, la Academia Americana de Pediatría ha producido una declaración política que vincula al cambio climático con la salud, desarrollo, bienestar y nutrición infantil.  “Ha llegado la hora de emprender a nivel local y mundial estrategias donde los políticos, las organizaciones especializadas y la sociedad iniciemos programas de educación en niños y adultos para la prevención de las calamidades que el cambio climático representa: desastres naturales, estrés por calor, mala calidad del aire que respiramos, el ruido y su impacto en nuestra audición, el incremento en las infecciones infantiles, del asma y otras enfermedades respiratorias, y, la amenaza respecto al suministro de agua potable y alimentos a la población”.

Los niños, son los más vulnerables a las enfermedades transmitidas por aves migratorias que ante estos cambios buscan nuevos hábitats, y a los desplazamientos humanos en busca de alimentos y agua: malaria, dengue, chikungunya, Zika, virus del Nilo Occidental, enfermedad meningocócica, diarreas amebianas etc. a lo que hay que sumar, los que quedan en la orfandad.

 Los pueblos tienen que empoderarse a todos los niveles. Obligando a los gobernantes al compromiso de educar y elevar las condiciones de vida de la gente. Que no se trata de ir a la ONU a firmar protocolos, objetivos y metas que saben no desean cumplir.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.









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